"¡mi amor!", exclamó Katerin al ver que David estaba allí también, "¡te extrañé!", casi no lo podía abrazar por su tan crecido vientre.
David parecía que se había pasado años congelado porque su reacción fue nula, saber cómo hablar, cómo moverse, cómo respirar, había quedado olvidado en lo más recóndito de su cerebro, pero tampoco supo disimular su molestia al ver que Robin como tenía a Henry cargado con una mano atrajo a Regina hasta él con la otra, para darle la bienvenida con un beso, pero ella estaba en la misma situación que él, y eso, por lo menos, lo alentaba.
"¡papá llegaste a tiempo para mi fiesta!", exclamó con entusiamo y felicidad después de ver a sus padres besándose, la euforia duró demasiado poco, su padre lanzó la típica pregunta de quien no tiene ni la menor idea sobre lo que le hablan.
"¿fiesta?", la expresión de alegría del rostro del niño, se borró de inmediato.
"hoy es mi cumpleaños", explicó en medio de aquel silencio tan incómodo que dejó la pregunta de su padre.
"claro mi niño, ¿cómo olvidarlo?", disimuló para no molestar más a Henry de lo que ya lo veía, fue en vano.
"corazón, ¿qué tal si vas a la habitación de tu hermanito a ver si todavía duerme?", Regina tuvo que intervenir, su hijo estaba al borde del llanto, en su día de cumpleaños eso sería devastador.
"sí mamá", Robin lo bajó de sus brazos, fue hasta donde estaban David y Katerin, "gracias tío", recogió su regalo, le dio un fuerte abrazo y subió las escaleras corriendo sin importarle la cantidad de veces que su madre lo había requerido, todos se dieron cuenta de que había ignorado a Katerin sin intención de disimular su desagrado por ella.
"nosotros nos vamos", intervino David, interpretó la orden de Regina a Henry, quería estar a solas con Robin, y si le preguntaban, él también tenía mucho de qué hablar con su esposa embarazada, aunque no sabía si encontraría las palabras adecuadas.
"¿no irán a la fiesta de mi hijo?", acentuó la entonación de las últimas palabras, pretendía resarcir su grave error de haber olvidado la fecha tan especial.
"creo que mejor...", comenzó David, Katerin habló a la misma vez impidiéndole expresarse libremente.
"ahí estaremos, solo nos envían los datos, ¿sí?", tomó a su esposo por los brazos y salieron del departamento acompañados por Robin quien los ayudó a bajar las maletas del auto, llegaron manejando, ya que la condición de Katerin no les permitía tomar un avión.
"tú como siempre amigo", se acercó a Robin, le dio un abrazo, "nos mantendremos en contacto", le dijo al oído para no levantar sospechas delante de David.
"hasta luego Robin", David se despidió de su amigo con una frialdad nunca antes vista entre los dos, ayudó a Keterin a montarse en el auto y se marcharon.
"mi amor, pensé que estabas arreglándote para irnos a la fiesta del niño", regresó Robin al departamento con una maleta y un portafolios negro, algo sospechoso, Regina lo esperaba sentada en el sofá con los brazos cruzados y una expresión asesina en su rostro.
"solo te diré dos cosas", se levantó para no alzar la voz, "es una vergüenza que después de haberte pasado cinco meses alejado de tu hogar sin dar, al menos, una señal de vida, llegues el día del cumpleaños del niño que viste nacer y que ha estado diez años a tu lado y ni te hayas acordado de la fecha", su voz fue tan imperceptible y amenazadora, que sus pantalones temblaron, "y la segunda", se alejó de él para estar justo con un pie puesto en el primer escalón y voltearse a mirarlo sin cambiar su expresión, "quiero el divorcio", observó cada paso que dio sin poder emitir sonido, otro remedio no le quedó que continuar sin responderle, en la noche, cambiaría el panorama.