Capítulo 2

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Antes de llegar a la casa, comenzó a llover a cántaros, impidiéndole a David la completa visibilidad del camino, que por demás, fue cargado de un incómodo silencio, quería preguntarle tantas cosas a su esposa y ninguna de ellas se atrevía a salir, entonces, decidió continuar callado, así sería mejor.

El resto del viaje fue relativamente rápido, estacionaron el auto y Katerin entró a la casa dejando a David afuera, su silencio la estaba matando, se dispuso a organizar las maletas, pero, encontró algo que terminó con la distancia entre ella y su esposo.

"¿qué haces David?", del susto, se atragantó con el sorbo de vino que acababa de tomar de la copa que tenía en sus manos , lo habían atrapado en pleno acto, pensó que su enojo era porque bebía sin haberla invitado, su reacción cambió al ver lo que traía en la mano, quiso inventarse una excusa, era demasiado tarde, ahora sí que la pelea que seguía, sería peor que una guerra mundial, "¿qué significa esto?", mostró la pequeña cajita cuadrada en sus dedos, David tragó en seco.

"eh...yo... Kat...puedo explicarlo", la voz le tembló, no sabía por dónde comenzar, tampoco se imaginó que lo descubriría.

"no necesito que me expliques nada David, todo está más que claro, no quieres que tengamos hijos y yo pensando que la del problema era yo y quería proponerte que asistiéramos a una consulta de fertilidad y resulta que me has estado engañando como a una niñita, ¿quién te crees que soy, un objeto decorativo, un florero que llevas adónde quiera sin consultar?", se detuvo, sentía la furia elevarse y ya tenía bastaste con la inseguridad que le ocasionaba el viaje del día siguiente, "sabes, no vale la pena seguirte hablando iré a dormir, buenas noches", se fue con mucha furia dejando a David sin haber podido decir palabra para defenderse, allí en la sala permaneció el resto de la noche, se bebió lo que quedaba de la botella de vino y se durmió encima del mueble.

Regina se levantó de la cama de Henry, donde se acostó la noche anterior, debía refrescarse, la noticia del viaje de Robin no fue muy bien recibida, se dispuso a ir a la habitación de Roland, el bebé dormía plácidamente todavía, le daría oportunidad para preparar el desayuno a Henry y la merienda para asistir a la escuela.

"amor, buenos días", escuchó la voz de Robin, pero antes, sus pasos bajando las escaleras le advirtieron su pronta llegada, "pensé que anoche dormiríamos juntos", se escuchó como un reclamo.

"y yo pensé que tendrías la más mínima cosideración con tu esposa para contarle sobre tu viaje intempestivo", ella reviró con toda su razón.

"mi vida, no fue mi...", ella lo detuvo, no tenía intención de discutir, eran las últimas horas que pasarían juntos.

"olvidemos sobre tu engaño", la voz le cambió por completo.

"no te engañé mi amor, te oculté fragmentos de la verdad, que no es lo mismo", ella no hallaba la diferencia.

"como quieras llamarlo", decidió disfrazar su molestia por lo ocurrido, "pasemos estas últimas horas como la familia que somos", le sonrió, se acercó a él y besó sus labios.

"me encanta esta reconciliación", la abrazó más fuerte y el contacto se alargó.

"mami, tengo hambre", su hijo los interrumpió.

"el desayuno está listo", dijo Robin guiñándole un ojo por la complicidad entre ambos.

"seguro tu hermano ya despertó", subió las escaleras y efectivamente, el bebé estaba con sus ojitos abiertos, "buenos días para el bebé de mami", lo alzó en sus brazos, besó sus cacheticos regordetes, lo acostó otra vez, cambió su pañalito y su ropita, bajó las escaleras y se unió al desayuno con su esposo y su otro hijo.

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