Rosa marchita.

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AU: "Hannaki Disease". 
Edades: Older AU.
Categoría: Angst.

××× 

—¿Quieres casarte conmigo?— Ercole estaba en una rodilla, mostrando un costoso anillo con diamantes incrustados.

"", Giulia respondió en voz baja, llena de ilusión y manteniendo sus ojos cerrados  para no ser despertada de su fantasía.

Porque la pregunta no iba hacía ella.

—¡Sí, sí! ¡Acepto!— Gritó una mujer ante la euforia de todos los que estaban presenciando la propuesta pública, justo antes de recibir un montón de aplausos y lanzarse a los brazos de su prometido.

¿Cómo pudiste ser tan tonta, Giulietta? Se regañó mentalmente mientras se retiraba lejos de la escena, odiandose por haberse permitido fantasear con que Visconti llegaría a quererla alguna vez.

No sabia en qué momento comenzó a ver a su rival de la infancia con otros ojos, pero para cuando lo había hecho, ya lo tenía en mente día y noche, la visitaba en sus sueños y se imaginaba mil escenarios donde ella era feliz en sus brazos, algo que sabía que era imposible ahora que el amor de su vida se había comprometido con alguien más.

—No es como que cambie algo.— Cubrió su rostro con algunos de sus bellos rulos rojizos, no quería que nadie en Portorosso la viera llorar. —Él jamás me iba a mirar a mi, ella es... millonaria, linda, de su clase.—  Suspiró. —Y yo no soy ella.— Ese último pensamiento hizo que su corazón se estutrujara, no podía creer que realmente creyera que podría estar a su misma altura.

Luego, el dolor cambió de ubicación.

De un momento a otro, estaba de rodillas contra la arena de la playa. Sus uñas se clavaban en el suelo mientras pétalos del mismo color rojo de su cabello caían desde sus labios, mientras una sensación parecida a la picadura de una espina se había presente en su garganta.

—¡Esto no puede estar pasandome!— Ella maldijó, reuniendo fuerzas para levantarse. Gracias al cielo que nadie se encontraba divirtiéndose en la playa como en otras ocasiones pues la mayoria en Portorosso se encontraba felicitando a la futura pareja de millonarios.

La idea de que su amor imposible estuviera a punto de contraer nupcias arruinó su enfermedad en un ritmo más rápido. Lastimosamente, apenas hace unos días había descubierto de que se trataba aquella agonizante sensación que la había estado asesinando desde adentro.

"Se llama Hannaki, Giulia, y si no le dices a Ercole lo que sientes... podrías morir." Juró escuchar la voz de Luca explicando lo que sucedía, mientras Massimo consolaba a su hijo adoptivo, quien lloraba por la idea de perder a su hermanita para siempre.

Marcovaldo trató de contener su llanto ante ese recuerdo. Cuando supo que aquella enfermedad que le causaba escupir pétalos de rosas, solo podría ser detenida si le confesaba sus sentimientos a Visconti, se negó rotundamente a hacerlo, pero la escena que había presenciado había terminado por empeorar su situación.

Tenía que decirle, debía decirle.

"Búscame en la playa al atardecer, debo decirte algo.

-Giulia."

A Ercole no supo que le sorprendió más, el hecho de que su enemiga le habla mandado una nota, o la realización de que no había un insulto de por medio. Hacía años habían dejado de tener sus estupidas peleas de niños, pero ninguno de los dos tampoco había hecho un esfuerzo por ser el amigo del otro, así que no tenían ninguna relación cercana cómo para que estuviera citado a verla.

𝐆𝐨𝐦𝐚 𝐝𝐞 𝐦𝐚𝐬𝐜𝐚𝐫. ♡ drabbles giucole ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora