Playing with your heart

Capítulo 1

El hombre de cabellos rojos suspiró por décima vez en el día, se sentía fatal, estar revisando los exámenes de sus alumnos lo tenían cansado, miró hacía su cama dónde su pequeña hermanita de siete años seguía dormida. Todo lo hacía por ella, era la única razón por la cual se esforzaba, quería que su hermana se sienta orgullosa de el. Haría todo lo posible para que así sea y darle la vida que merece.

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Por otro parte

Mansión Taisho

—Ya te dije que no necesitó de tú ayuda.

—Bien, después no digas que no te ofrecí mi ayuda. —respondío su hermana menor abandonando su habitación.

—Como si la necesitará. —cerró su puerta y tomo asiento en su escritorio viendo su cuaderno con los ejercicios de matemáticas sin resolver.

La chica pensaba y pensaba hasta que terminó de estresarse y cerró su cuaderno para ir a su cama y descansar.

—Tontas matemáticas —musitó —no sirven de nada. —cerró sus ojos y se sumergió en un profundo sueño.

Por otra parte, la chica de cabello castaño seguía en su dormitorio, su cara reflejaba molestia al ver una publicación sobre su ex novio, Jakotsumaru, no había pasado ni una semana y el ya se consiguió a una nueva pareja.

—Idiota. —espetó tirando su celular a un costado y echándose en su cama quedando dormida a los minutos.

Cada hermana tenía problemas distintos, Towa, ella podía ser la chica más dulce, amable y bella que habrán conocido, pero era un desastre cuando se trataba de ir a la escuela, se peleaba con sus compañeros y sus calificaciones eran pésimas, sus padres no estaban al tanto

Y Setsuna, una chica con calificaciones excelentes, educada y preciosa, pero el ser antisocial y ambiciosa, sin importar dañar a los demás hacía que todo aquel a su alrededor se alejara de ella.

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Ambas hermananas se levantaron temprano para ir a su escuela, Towa se alistó, guardo sus cosas en su mochila y se vió en el espejo.

"Siempre me veo hermosa" Pensó para si misma.

Bajó al comedor donde sus padres y hermana estaban ya desayunando.

—¡Buenos días a todos! —saludó alegre.

—Hasta que por fin bajas, te tardas demasiado. —criticó la castaña de ojos violeta.

—Towa. —la llamó su padre, Taisho Sesshomaru.

—Dime papá.

—¿Cómo vas en la escuela? 

—Bien. —respondío y tomo asiento al lado de su madre, Nakano Rin.

—No mientas.

—No estoy mintiendo.

—Si mientes. —habló su hermana menor.

—Tus calificaciones son muy bajas. —reprochó el peliblanco.

—No lo son.