Capítulo 7

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Era un verdadero tormento el tener que lidiar con ella. No sabía el motivo de sus nervios o del porque movía su pierna derecha con frecuencia.

¿Ataques de ansiedad?

Se preguntaba Riku mirando a su alumna.

—Es todo por hoy. —mencionó al ver ahora su mano temblar —Hace unos minutos hizo bien un ejercicio, no entiendo porque se te complicó si es casi igual al otro. —comentó.

Towa ni siquiera era capaz de hablar, apretaba su mano izquierda incrustando sus uñas en su palma.

¡Odiaba ser así!

¡Hace unos minutos resolvió un ejercicio con facilidad! ¡¿Por qué ahora no podía?!

Al parecer su cerebro funcionaba de vez en cuando.

—Me he distraído pensando… no volverá a pasar. —dijo cómo excusa. Se levantó y recogió sus cosas para guardarlas.

Riku miró a Taisho, ¿cómo podía ser tímida y a la vez retadora?

Sabía que la chica peleaba con algunos chicos de la universidad.
Y era un milagro que no la hubieran expulsado.

Ventajas de tener dinero. Pensó.

—¿No se va? —preguntó Towa al verlo de pie observándola. Le era incómodo.

—Claro —murmuró algo confundido. ¿Por qué seguía ahí? —nos vemos el día de mañana, señorita Taisho.

—Adiós profesor….

—Towa.

Era Setsuna.

La castaña miró a ambos y frunció el ceño.

—Creí que solo te enseñaría los fines de semana. —comenta —Buenas tardes profesor Furukawa. —saludo la castaña.

—Buenas tardes alumna Taisho.

—Él ya se iba. —informó la mayor.

Sus orbes violetas miraron a los orbes verdes del profesor.

A pesar de que también le enseñaba a ella había algo que le causaba desconfianza de ese hombre.

—Antes que se retire me gustaría hablar con usted, profesor Furukawa. ¿Se podrá o tiene prisa? —decía con mucha seriedad.

Su hermana la miró un poco sorprendida por ello.

—Por supuesto. —respondió Riku.

—Déjanos solos Towa.

—Eh...claro —aceptó no muy convencida. Se retiró dejando solos a ambos.

Al no escuchar los pasos de su hermana Setsuna se apresuró a hablar.

—¿Cómo va mi hermana? ¿Está aprendiendo? —cuestiono esperando una respuesta positiva, pero fue todo lo contrario.

—Apenas resolvió un ejercicio, le puse otro casi igual pero no logro resolverlo. Su hermana huyó ayer al no saber cómo resolver unos problemas simples. Yo diría que debería renunciar a ser arquitecta.

—Eso… —la castaña no sabía qué decir. Él tenía razón —bueno, supongo que no le seguirá enseñando.

Riku frunció el ceño.

—Es complicado, sin embargo, le seguiré enseñando. Haré de la alumna Taisho una de las número uno de la clase.

—Vaya —exclamó sorprendida —en serio que se está esmerando. —sonrió —Espéreme un momento, no se vaya. —dijo para ir a la segunda planta.

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