Capítulo 8

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—¿Y estás mejorando en la materia? —cuestionó Sesshomaru a la mayor de sus hijas.

—Este… bien —hizo una pausa —me va bien. —afirmó firme.

Los cuatro se encontraban almorzando en el comedor, la plática se enfoca más en Towa, el deseo de Sesshomaru por perfeccionar a su hija no iba a parar, así tuviera que contratar a varios profesores, inclusive al mejor.

Era consciente de su trastorno, no obstante, el deseo que su hija mayor pueda dirigir su constructora era grande, claro que aún no se había enterado que la menor quería ese puesto para ella.

—Hermana —interrumpió la castaña. Odiaba las mentiras —dile la verdad. —la miró severa.

Sesshomaru frunció el entrecejo observando a Towa.

—¿Acaso no estás aprendiendo? —increpó el albino.

—Apenas pudo resolver un ejercicio —expusó Setsuna —y luego ya no. Es que no entiendo, es tan fácil las matemáticas Towa.

—Setsuna —Rin miró a su hija, temía que hiciera algún comentario hiriente, que si bien no es intencional si le afectaría a Towa.

—Es fácil para ti… que no sufres de esta condición. —susurro lo último —Bien, lo que mi hermana dice es cierto —se resignó y espero el regaño de su padre, pero no, su madre fue quien habló primero.

—Lo más preferible es decirle a tu profesor que ya no venga más y que te tomes un descanso —Sesshomaru la miró —¿no crees, amor? —sonrió y este asintió apenas. Tenían ahora una conversación pendiente sobre eso. Era obvio que él se negaba, pero eso lo hablarían en privado.

—¿Descanso? Madre, si alguien debe mejorar sabes que el descanso sería la última cosa que esa persona haría. Mi hermana está estudiando arquitectura, ¡arquitectura! Y no es un juego, o sino lo mejor será que cambie de…

—Basta —alegó su madre. No podía dejar que Setsuna siguiera —tu hermana necesita un descanso, enfócate solo en ti. Y si alguien va a ayudar a tu hermana seré yo. —con eso dió por finalizada la conversación. Nadie más volvió a hablar.

Towa por su parte tenía la mirada baja, quería decir tantas cosas pero se abstuvo.

¿Es que nunca podría hacer nada por sí sola?

Ni su padre ni hermana la miraron.
Su madre una vez más salió en su defensa.

¿Cuándo será el día que cambie?

~~~

Al día siguiente

Un hombre de estatura baja camina por los pasillos de aquella universidad, en busca de una persona en específico.

Varios estudiantes lo veían raro y otros con terror.
El hombrecito los ignoró.

Malditos mocosos los de hoy en día, no saben apreciar mi belleza. Pensó con los ojos apenas furiosos.

¿Dónde estará ese hombre que mi amito me mandó a buscar?

—¿Qué haces aquí? —el hombrecito saltó del susto y posó una mano en su pecho.

—¡Ay, niña! —chilló —¡No me asustes así!

Setsuna rodó los ojos ante su compartimiento.

—Te lo diré otra vez, ¿qué haces aquí, Jaken?

—Mi amito me mandó a buscar a… ayy, ya me olvidé su nombre. —Jaken de uno de los bolsillos de su abrigo sacó un papel con el nombre de la persona —¿Conoces a Furukawa Riku?

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