When the little fox comes out of his cave

1 0 0
                                    

Era un día como cualquier otro en la secundaria Saltino, una de las pocas a las que podía acceder Kai Darkuk, debido a su estatus social no tan alto, distinto a la mayor parte de ese pueblo o mejor dicho, esa ciudad.
Kai era una chica no tan alta, su pelo era un desastre, al estar teñido, estaba desgastado pero nadie va a negar que ese color rosado iba muy bien con su color de piel morena, y como olvidar sus hermosos ojos verdes, heredados de su ausente padre.
La joven mujer podría ser popular si ella lo quisiera. Aunque era la persona más miserable de su salón, desde que tiene memoria la molestaban por no tener padre. Al crecer quiera o no, esos insultos que recibió de pequeña le afectaron, terminó siendo una chica desconfiada y con baja autoestima, no le importa demasiado seguir con vida, solo lo hace por su madre y su hermano mayor, no quiere que su funeral arruine económicamente a su familia. Aunque intentos no faltaron, hubo 3 de ellos.
Su día a día era el mismo siempre, levantarse a duras penas de la cama para ir a la escuela que con tanto esfuerzo le estaban pagando su madre y hermano, luego ponerse los auriculares e ignorar a todos hasta llegar al salón, para luego sentarse y dormirse en su pupitre.
Aunque el día de hoy cambiarían un poco las cosas, con la llegada de un nuevo alumno a la clase. Satō Natsuki.
Al entrar todos al salón, el profesor hablo y dijo, "Estudiantes, les presento a su nueva compañera". La expresión en la cara de 'La nueva alumna' no era muy bonita de hecho, se podía mostrar molestia.
Natsuki alzó la voz para decir, "Lamento corregirlo pero soy hombre, soy Natsuki Satō y soy su nuevo compañero". Satō solo se fue a sentar luego de esa aclaración, no soportaba que lo confundan.
Los alumnos susurraban y farfullaban que Natsuki seguro se llevaría bien con Kai, porque 'Ambas eran raritas'.
Natsuki sin pelos en la lengua dijo, "Dejen de molestar y metanse en sus asuntos, si soy un hombre o no es problema mío, y si soy raro como ustedes dicen, también lo es".
Kai en ningún momento levantó la cabeza para ver a su nuevo compañero de clase, ya esperaba que la molestara en el receso y no tenía ganas de adelantar eso.
Luego de la clase más aburrida del mundo, según palabras de Satō, salieron todos al receso.
La teñida en ningún momento levantó los ojos del suelo, no hacía contacto visual con nadie, y por culpa de eso, se chocó con alguien bastante más alto que ella, con miedo a un insulto o hasta una golpiza, retrocedió y se disculpó varias veces.
Natsuki la miro extrañado, no entendía porque se disculpaba tanto, así que simplemente la disculpo, sin hacer tanto drama por un accidente.
Todo transcurrió normal hasta la siguiente hora de clase, donde tenían la materia de artes plásticas, donde por lo general debían hacer grupos.
Como siempre Kai estaría sola, o eso pensaba, se sorprendió cuando Natsuki se sentó junto a ella. Era nuevo para ella que hagan grupo con 'La rara'.
"Hola" expresó la voz andrógina de Satō.
Kai esbozó una mueca de sorpresa en su cara, ¿Realmente alguien estaba hablando con ella?
-Hola, Natsuki ¿Cierto?- Dijo cabizbaja.
-Si, ¿Eres Kai?- Pregunto un tanto inocente.
La morena no sabía si contestar que si, pues no quería que la molestase luego de saber quién era. -Lamentablemente.- Dijo dando a entender que la suposición del albino era cierta.
-Es un gusto, Kai.- Amablemente suspiro mirando a la mesa.
¿Acaso dijo que era un gusto conocerla? ¿Que tramaba el hombre alto y pálido?
Ambos se quedaron callados durante toda la clase y trabajaron juntos.
Al terminar, Natsuki le dedico una sonrisa traviesa y se fue a sentar a su respectivo lugar.
El día escolar transcurrió rápido para Kai, cosa que no siempre ocurría, aunque al salir se encontró con un problema.
Natsuki le prohibió el paso.
Kai sabia que era demasiado bueno como para ser verdad.
-Kai, ¿Podría ayudarme? ¿Me mostraría algunos lugares bonitos de la ciudad?- La pequeña se quedó confundida.
-¿Qué? Esta bien, si tu quieres.- Tartamudeo un poco al dar su respuesta.

Ambos pasaron la tarde conociéndose y paseando por la ciudad, mientras el más alto tomaba fotos de los lugares que le parecían bonitos.
El tiempo paso hasta que se oscureció, y Satō insistió en acompañar a Kai hasta su casa para que no vuelva sola.

Luego de dejar a Kai en su casa, el día de Satō comenzaba, investigar era su primera tarea, conocer a Kai era de vital importancia para su misión.
Paso la noche entera en un santuario investigando sobre ella y sobre su familia.
Lo único que buscaba Natsuki era lo más doloroso de Kai para ayudarla a superarlo, Satō no era una persona normal, Satō era un guía espiritual que vino a ayudar a sanar.
Aún no sabía cómo empezar pero haría bien su trabajo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 21, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

A Little tale Donde viven las historias. Descúbrelo ahora