▪️19▪️Él es mío

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Drake

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Drake.

Observaba la profunda oscuridad de mi habitación. Después de darle varias vueltas al asunto, sin hacer el mayor ruido me levanté de la cama, me abroché los cordones de mis tenis y busqué a tientas la sudadera que había dejado en el respaldo de la silla.

Abrí la puerta en el pasillo con precaución, todo continuaba en tranquilidad. Mis padres se encontraban dormidos, avancé en silencio, tomé las llaves de la casa y salí a la fria noche. Al respirar se me helaba la sangre por el frío abundante; aun diluviaba, pero apenas lo noté. Tomé mi bici —que ya había dejado preparada— y salí a la carretera.

Esperaba encontrar suficiente información, quería buscar respuestas. Recordaba claramente el camino de esta solitaria carretera, porque esa misma noche una camioneta me seguía, aparentemente nada había cambiado, de hecho, era similar al momento en el que fui a la casa de Summer. En realidad, eso era justamente lo que estaba haciendo, pero aunque me aterraba ir, tenía que hacerlo, dependía de mí hacer algo al respecto.

Cuando llegué a poca distancia de la casa de Summer, dejé escondida la bicicleta en un arbusto (bastante apartado de la casa) y en silencio, caminé hacia allí, entré por la puerta de atrás —que extrañamente no tenía seguro—. En el interior, todo yacía oscuro y tenebroso, cerré los ojos, porque, en el fondo, para mí aún era doloroso estar allí sin ella. La recordaba con mayor intensidad; sentía su dulce aroma por todas partes.

Subí al segundo piso hasta que llegué a su habitación, estando en medio del pasillo me detuve por un momento. Me tembló la mano cuando la puse en la perilla de la puerta, y al girarla, la misma dio un rechinido como si llevara tiempo sin ser abierta. En el interior, las luces navideñas aún se encontraban alrededor del espejo; todo estaba tal y como lo recordaba.

Dando pasos lentos, me acerqué a su cama; las sabanas tenían rastro de polvo, y entonces, al acercarme un poco más, vi la triste y cruda realidad; sí había cambiado algo, aunque luciera todo igual, ella ya no estaba, había perdido la vida por mi culpa.
Tomé el cojín rosa y al retirarlo, me di cuenta de que la cadenita que puse debajo, el día que fue su funeral, ya no estaba allí. Me pregunté si sus familiares la habrían encontrado, pero no le encontré sentido o explicación.

Sintiéndome confundido, me acerqué al tocador, en el cual había una hoja que decía: "en memoria de Summer". Tomé la carta, no reconocía la letra, consideré que podria ser de Kevin, pero no estaba tan seguro, así que la dejé en su lugar y caminé directo a la estantería buscando notas en cada libro. Mientras examinaba los escritos, me acordé del diario que ella tenía, pero no estaba seguro poder encontrarlo allí. Tal vez su padre lo había guardado junto con el resto de sus cosas. Lo seguí buscando en cada parte de la habitación, hasta que lo encontré en un cajón donde había muchas fotografías de su familia; tomé una donde salía de pequeña junto a su mamá, pero el rostro de ella estaba borroso, como si la hubieran rayado. Dejé la fotografía en su lugar y tomé el diario que, por suerte, tenía la llave puesta.

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⏰ Última actualización: Oct 01 ⏰

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Muñeca RotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora