capítulo 10

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                           Anónimo

Por favor, ya basta.

– ¿Ahora me pides clemencia? Disfrutó tu sufrimiento.

– Pensé que ya habías dejado esto atrás, no es justo.

– Por favor, la hierba mala nunca muere y a las personas malas hay que enseñarlas cuando no aprenden por las buenas. Hablamos luego tengo cosas que hacer.

Cerró la puerta y me quedé allí paralizado en la camilla, tenía heridas por todo mi cuerpo. Esto estaba muy mal.

Disfruta torturar a las personas poco a poco, hasta que llega un día y las asesina o las deja morir de dolor mientras mira a su víctima agonizar.

Mi cabeza era un caos total, esto estaba totalmente fuera de control. Me juró que ya no haría esto nunca más, me prometió que todo estaría bien y me mintió, admito que también es mi culpa nunca debí provocar esto pero es lo que pasa cuando te enamoras y aceptas a esa persona con sus defectos, pero aún en mi mente formulaba muchas preguntas.

¿Por qué tenía tanta maldad en su ser?

¿Acaso alguna de sus palabras de amor fueron reales?

Mi amor si fue real, fue valioso siempre estuve allí, pero yo sabía que aún había maldad en su alma y eso me aterraba muchísimas veces por eso decidí apartarme y intentar rehacer todo desde cero, pero ya era tarde algo me salió muy mal y ahora estaba en este rollo del cual no sabía si podría salir, estaba perdiendo las esperanzas, estaba amarrado a esa maldita camilla y comiendo puras galletas y agua que me daba de comer y no era justo que las personas terminarán así.

¿Cuántas víctimas más habría aparte de mi?

Me puse a llorar pensando en todo lo que estaba pasando, tenía mucho miedo y no quería que hubieran más personas involucradas por mi culpa, pero tenía fé de que tal vez esto podría mejorar aún me quedaban días de vida y podía intentar escaparme. No sé cómo, ni cuando, pero lo intentaría las veces posibles, aunque debía ser cauteloso si me agarraba tratando de escapar empeoraría las torturas, no debo provocar más.

Intentaré descansar un poco y dormir pero cada vez que lo intentó, vuelven a mí sus risas y esos ojos que me aterraba cada vez que hiere mi cuerpo disfrutando la sangre que sale de el. Jamás le desearé esto ni a mí peor enemigo, yo muy bien se de lo que es capaz, debía averiguar cuál es su punto débil aunque creo que lo sé, pero debo saber cómo usarlo a mi favor, mi mente no deja de buscar y buscar soluciones rápidas necesito salir de aquí necesito proteger a los demás no saben a lo que se enfrentan, no saben a quien le están brindado su confianza y eso es lo peor de todo. Confían en quien no deben.

Todo por amor ¿Amar era malo entonces?

Tal vez en otra vida hubiera Sido todo muy diferente.

Tal vez en otra vida si hubiera podido ser feliz completamente.

Tal vez en otra vida si me amaba.

Solo tal vez, era lo único que quedó en mi mente cuando logré quedarme dormido por unos minutos.

***

– Hey! Levántate.

Sentí que alguien me estaba susurrando de alguna parte de la habitación tan fría y oscura en la que estaba. Me levanté e intenté buscar de dónde provenía la voz.

– Hey aquí !– provenía de la puerta – Oye intentaré ayudarte ¿Ok? Pero debes ayudarme a mi tambien, no tenemos mucho tiempo y todos corremos peligro si llega a enterarse que sabemos el secreto.

– Enserio Gracias! Dime cómo puedo ayudarte, por favor sácame pronto de aquí es horrible.

– Haré lo posible porque salgas pronto de aquí con vida, pero debes extraer la mayor información posible de esa persona para así poder parar sus locuras– Me dijo con firmeza, yo estaba atento a lo que decía, pues si quería salir pronto de allí antes que fuera tarde– Yo volveré en el momento correcto para sacarte confía en mí.

– Está bien haré todo lo posible por hacerle preguntas sin provocar sus torturas, confiaré en ti.

– Bien debo irme, nos vemos pronto y resiste todo lo que puedas.

Yo quedé con la cabeza llena de dudas y esperanza.

Alguien lo sabía.

Sabía que yo estaba allí y pronto tal vez me salvaría, para llevar tantos días allí encerrado fue como ver un rayo de luz entrar a mi vida de nuevo. Pues esa habitación era muy oscura y no tenía ventanas ni nada por el estilo solo tenía una silla una mesa con los instrumentos para torturar como tijeras, bisturí, destornilladores entre otras cosas realmente pertubadoras con las que jugaba. Tenía muchas preguntas en cuanto a quien me estaba hablando por la puerta.

¿Sería la única persona que lo sabe?

¿Cómo sabía?

¿Porque me ayudaba?

Todo era muy confuso, pero ¿que más daba? No perdía nada al confiar en esa persona no creo que me haya dicho esas cosas en vano y ojalá nadie se enterará de que sabía el secreto pues solo empeoraría todo y serían más víctimas de esto y lo mejor era evitar eso.

Realmente tenía una pequeña chispa dentro de mi de emoción, todos estos días había tenido muchas emociones mezcladas pero solo eran rabia, irá, miedo, asco sentía muchas cosas al mismo tiempo que solo podía expulsar llorando o gritando miles de veces como que si alguien fuera a oírme estando allí, pero realmente eso en hacía liberar la presión que sentía en mi pecho al mezclar tantas emociones. Realmente había fue un error dejarme llevar por mi corazón.

Después de esto creo que no volveré a amar nunca más en mi vida.

Y no solo por este fracaso, si no que en el fondo de mi no podía odiar a esa persona, aún había algo en mi que solo esa persona mantenía encendido a pesar de sus torturas y de todas las maldades siempre tendría un lugar en mi corazón y me sentía inútil por ello.

E

scuché los candados de la puerta, ya estaba de regresó.

– Vaya vaya, te notó algo emocionado ¿Estás listo para jugar hoy?

– Por favor no, no lo hagas.

– Sabes que tus súplicas no harán que pare, si me sigues rogando piedad más ganas tendré de divertirme.

Mi corazón se encogió y se me salieron algunas lágrimas pero no podía evitarlo.

– ¿Ahora lloras? Que patético– dijo utilizando una risa siniestra y macabra, sus ojos emanaban oscuridad ese día, jamás lo olvidaré

– Mejor comenzamos a jugar, tu llanto me da asco.

Tal vez en Otra Vida© [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora