Mi omega [Lukadrien]

Capítulo 13: La cena

Las dudas no dejan que el chico rubio se concentré a la hora de arreglarse para la cena que su padre propuso esa noche, no sabe lo que su padre trae entre manos, muchas preguntas surgían con cada minuto que pasa, ¿Será una nueva campaña de publicidad?, ¿Qué nuevo proyecto tiene en mente?, ¿Ahora con qué empresa está colaborando?, ¿Acaso va a sacar una nueva colección de ropa que no esta enterado?. Cada movimiento, ideas y oportunidades que sucede dentro de la marca de ropa él debe de estar enterado ya que es la cara principal de la marca aparte que su padre le debe informar sobre lo nuevo que vendrá.

Aún sus dudas llenan su mente pero debe de despejarse por si algo sale mal en la cena, debe estar cuerdo para encontrar una solución, pero rara vez pasa, su padre es tan calculador que todo lo que planea le sale todo a la perfección.

Sin más salió de su habitación viendo a Nathalie en la entrada junto a su padre que están más que presentables, con cuidado bajo las escaleras, su padre no dijo nada saliendo de la mansión para subirse a la limosina seguido de él y por último Nathalie, el chófer al ver qué todos de la familia ya estan a bordó arrancó el auto para ir a su destino.

Durante el trayecto nadie dijo nada, aunque Adrien tiene dudas decidió esperar para ver qué era lo que su padre trae entre manos, Nathalie no aparta su mirada de la tablet de trabajo, mientras Adrien ve por la ventana las calles de París, no tardó mucho para ver enfrente suyo el gran restaurante Le Pré Catelan, al bajar del auto lujoso siguió a su padre junto a Nathalie para entrar al restaurante siendo recibidos por la recepcionista, la reservación ya estaba hecha así que no hubo problemas, la mujer de cabellos castaños los acompaño a su mesa, sus ojos verdes vieron a dos mujeres que al parecer ya los esperaban.

- Disculpen la tardanza - Gabriel saludo a las dos mujeres quiénes amablemente devolvieron el saludo.

Adrien antes de saludar dio un rápido análisis a las dos mujeres, una de ellas era más grande que la otra, al parecer es madre e hija, la mujer más grande lleva consigo un bastón blanco indicando que la mujer es ciega, no puede verla a los ojos ya que un par de gafas oscuras lo impiden; la más joven tiene rasgos asiáticos, unas pequeñas pecas en sus mejillas junto con unos ojos de color cafés claros y su cabello es parecido al de su amiga Marinette solo que más corto.

- Él es mi hijo Adrien - Gabriel presento a su hijo. - Ella es Tomoe Tsurugi y su hija Kagami Tsurugi, tienen una compañía de tecnología en Japón - su padre presento a las dos mujeres que los acompañarían en la cena.

- Mucho gusto - saludo a las mujeres para que después Nathalie hiciera lo mismo, tomando todos asiento.

El mesero que se encargará de atenderlos llevó las cartas del menú para tomar la orden, cada uno pidió lo que más llamó su atención de la carta, ya tomada la orden se marchó.

- A pasado mucho tiempo que no nos habíamos reunido, desde aquella vez - Tomoe hablo, llamando la atención de todos en la mesa.

- Me alegra verla de nuevo - Gabriel respondió con amabilidad.

La relación entre los dos aparte de amistad es de negocios. En el pasado ambas familias eran muy unidas, Emilie y Tomoe fueron amigas de la infancia, su amistad fue tan larga que vieron crecer una a la otra, todos decían que eran hermanas por la cercanía que ambas tenían, pero aquel día llegó, dónde Tomoe perdió a su mejor amiga en aquél fatídico accidente, desdé entonces sus visitas a Francia se volvieron escasas y las ocasiones que ocurría eran por el tema de negocios.

- Kagami ¿Por qué no llevas al joven Agreste a recorrer el jardín?, en lo que hablo con Gabriel de unos asuntos - su voz es sería al igual que su expresión en el rostro.

- Sí madre - la joven se puso de pié mirando al rubio que rápidamente hizo lo mismo para después alejarse de la mesa.

El ambiente de la caminata es algo incómodo, ninguno de los dos habla, Adrien en su mente intenta formular un tema de conversación pero su timidez no lo deja, mientras Kagami no aparta su vista del frente, al llegar a una banca ambos tomaron asiento, descansando un poco.