Mi omega [Lukadrien]

Capítulo 49: Sorpresas

Es evidente el impacto que tuvo en Luka escuchar lo que Layla acaba de revelarle.

– ¿Qué dices?...

– Lo que escuchaste, seremos padres – tocando su vientre con suavidad.

– Imposible, la última vez que tuvimos intimidad usamos protección – apretando sus puños.

– Falló, después de que me mandaste el divorcio comencé con los síntomas, está mañana fui con mi ginecólogo y me lo confirmó – volviéndose a acercar. – Debes de tomar tu responsabilidad.

Al ver las intenciones de Layla da pasos hacía atrás, lejandose.

– Quiero ver los resultados porque si es un engaño tuyo no tendré compasión – lanzando una mirada amenazante.

– No me mires así – dramatizando. – Los resultados los tengo en casa, nuestra casa.

– La próxima vez que nos veamos tendré que ver esos resultados pero aún así continuaré con el divorcio.

– Algo me ocultas Luka y no me agrada que mi esposo me oculte cosas – sonando sería. – Te vas a un simple viaje de negocios y en medio de tu viaje me llega como correspondencia el divorcio, ¿Qué fue lo que pasó para que tomarás esa decisión?.

– ¿Tengo que responderte? – cruzándose de brazos.

– Sería lo correcto, merezco una explicación justificada.

– Aunque estés esperando un hijo que dices que es mío no seremos compañeros, ¿Sabes por qué? – viendo con detenimiento a la castaña. – Yo ya tengo a mi compañero, por eso seguiré con el divorcio y si resulta verdad lo que me acabas de revelar me haré cargo pero no juntos.

Su rostro pasó a estar pálido llenándose de enojo.

– ¡Imposible!, ¡¿Quién es?!, ¡¡Dime quién es!! – se aventó a Luka, intentando golpearlo en el pecho.

– ¡Layla calmate! – tomándola de los brazos, forcejeando.

– ¡Cállate!, ¡Eres un maldito infiel! – tratando de zafarse. – ¡¡Dime su nombre!!.

– ¿Para qué necesitas saberlo?, No es el momento – soltándola.

Layla con su mirada busca algo a su alrededor, sonriendo un poco, acercándose al escritorio tomando en manos un cúter.

– ¡Si no me dices quién es me mato y de paso a tu hijo! – colocando la navaja del cúter en su cuello.

Una desagradable sensación recorrió su cuerpo al ver y escuchar lo que Layla dijo en amenaza.

– No hagas una tontería – tratando de estar en calma.

– ¿No me dirás? – pasando la navaja por su piel provocando que saliera sangre por la herida.

– Es Adrien.

Sus ojos marrones reflejan odio al escuchar el nombre, suspirando rápido y hondo dejo caer el cúter. En silencio tomó su bolso, saliendo cabizbaja de la oficina.

Luka no la detuvo, lo que menos quiere es seguir discutiendo. Con cuido levantó el cúter del piso limpiando con un paño la poca sangre que se quedó manchada, dejándolo en su lugar mirando la puerta.