𝐁𝐓𝐒 𝐫𝐞𝐚𝐜𝐭𝐢𝐨𝐧𝐬

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Maknae line;

Jimin.

El cielo despejado, una leve brisa y el olor al mar era lo que acompañaba a la hermosa vista que tenias frente a tí y Jimin. Ambos se encontraban en Busan cumpliendo la promesa que un día te dio, en donde juraba que te llevaría a conocer Busan luego de que durante tu primera visita no lo disfrutaras tanto por culpa de las pruebas de baile.

— Sentémonos aquí — detuviste tus pasos al igual que Jimin y ambos se sentaron en aquella muralla pequeña que quedaba frente al mar y los recipientes de fideos que traían en sus manos los dejaron en esta misma.

— La vista es bellísima.

— Me alegra escuchar que te está gustando Busan — Jimin te sonrió con ternura y tú hiciste igual.

— Y me gusta aún más, porque lo estoy conociendo contigo — Jimin rió para sí mismo y desvió la mirada. Se quedaron unos minutos en silencio esperando a que sus fideos se calentaran y ablandaran por completo gracias al agua caliente, y al menos por tu parte, también disfrutabas del ambiente.

— ¿De verdad te gusta estar conmigo? — tu amigo seguía sin observarte, pero parecía interesado en tu respuesta.

— Claro que si. Eres lo más preciado que tengo en mi vida — finalmente te dirigió la mirada sin decir nada — ¿por qué lo preguntas? ¿A tí no te gusta mi compañía?

— N..no. Digo, claro que me gustas — te sonrojaste al escucharlo y él actuó igual — ¡tu compañía T/n. Quise decir que me gusta tu compañía! — te reíste de él y comenzaste a burlarte mientras se molestaba — se me enredó la lengua, no seas mala.

— ¿Se te enredó la lengua o tus pensamientos? — Jimin estiró su dedo hasta la parte lateral de tu torso para así hacerte cosquillas — ¡hey no!

— Deja de burlarte entonces — ambos rieron nuevamente y asentiste ante su pedido.

— ¿Ya estará listo? — Jimin observó los recipientes y tomó el suyo.

— Hay que revisar — quitó la cobertura de sus fideos y asintió — ya puedes abrir el tuyo también — hiciste lo que dijo y tomaste el sobre que antes habías sacado del recipiente y guardaste en el bolsillo de tu sudadera — recuerda dejar vacío el sobre.

— ¿Qué? Oye puede que no haya comido uno de estos antes, pero sé que esta cosa pica demasiado.

— Vamos, no es tan picante como el recipiente negro. Además, yo también lo vertiré todo, mira — abrió el sobre y tal como dijo colocó todo el contenido sobre sus fideos para luego tomar sus palillos y revolver — ¿ves? — entrecerraste los ojos dudosa, pero terminaste haciendo lo mismo.

— Dios, esto huele fuerte.

— Y sabe igual — te guiñó el ojo y tomó un poco de fideos con sus palillos para después observarte — a la cuenta de tres comemos — tomaste los fideos y asentiste — uno, dos, tres — ambos llevaron la comida a su boca y al instante sentiste tus labios calentarse. No era extremadamente picante, pero sabías que luego del tercer bocado tus labios arderían — ¿y bien?