pasitos de pingüino | Nahyo

O23

Llevaba un helado de fresa en su mano y Jihyo caminaba junto a ella.

La mayor había decidido guardar algo de distancia con la de cabellos negros. No quería que la otra tuviera una especie de recaída a su trauma. Se suponía que hoy debía pasarlo bien por ser su cumpleaños.

Nayeon había elegido ver una película en cuanto llegaron al centro comercial, por ello ahora estaban paseando por ahí sin ninguna prisa.

Estuvieron todo el día juntas, riéndose de cosas triviales hasta que llegó el momento de volver a casa porque ya empezaba a hacer frío.

Jihyo le había puesto su chaqueta en los hombros a Nayeon, gesto que había sido respondido con una tímida sonrisa de la otra.

En su hogar se escuchaban gritos, una discusión monumental. Jihyo le dijo a Nayeon que la esperara un poco más alejada para que no pudiera oír.

Los padres de Nayeon estaban
peleando.

Se entendía que la madre de Nayeon le estaba preguntando a ese hombre que se le había pasado por la cabeza al hacerle eso a una criatura tan inocente.

Jihyo sintió ganas de vomitar cuando escuchó que había pasado más de una vez.

Miró a la menor y todo su enojo se centró en aquel hombre.

Entró a la casa sólo para pasar al cuarto de la menor e ir a buscar la mochila que su madre le había preparado con anterioridad.

Luego, se dirigieron a la casa de Jihyo donde le esperaban para pasar la noche y a la mañana siguiente viajarían a una de las propiedades de los park.