pasitos de pingüino | Nahyo

O33

—Yo soy una niña grande, unnie.

—¡Jajá!, claro, y mides 1.80.

—¡Unnie!.

Llevaban más de quince minutos discutiendo lo mismo, a Jihyo le gustaba molestar a Nayeon porque aún le faltaban dos años para ser mayor de edad.

Aunque no era mucha la diferencia de ambas, aún así siempre le recordaba sus 16 añitos.

Caminaban de la mano por el parque que estaba frente a la pequeña Academia de Nayeon, era un extenso terreno lleno de árboles y plantas.

Nayeon decía que era un "Bosque-Bebé" porque aunque tenía el aspecto de un verdadero bosque era mucho más pequeño que uno.

—Jihyo, quiero un helado.

—Pero aún hace frío, si comes un helado te vas a enfermar más de lo que ya estás.

—Por favoooooor, Jihyooo.

—Nop.

—Por favooor, por favor, por favor, ¿Si?.

—Agh, te odio Im Nayeon.

—Yo también te quiero unnie.

Nayeon siempre ganaba sus pequeñas peleas y Jihyo odiaba ser tan vulnerable a la ternura de la menor.

La más baja nunca se había imaginado que estaría en un momento tan bonito.

Se sentía bien.

De pequeña, sólo creía que viviría encerrada en su habitación para siempre porque a ella no le gustaba la companía.

Pero ahora que miraba a la chica mal humorada con aquel suéter muy bonito desde lejitos, pensaba que su esfuerzo había valido la pena.

Porque ahora podía compartir con la mayor, porque era sólo de ella.

Nayeon quería estar siempre con Jihyo.

Y Jihyo era un pequeño pingüinito enamorado.