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Habían pasado algunos años desde que la amistad de Nayeon y Jihyo había comenzado, y desde que la menor había logrado ir a una escuela normal.

La de cabellos negros había recibido algunos tratamientos, había estado con varios especialistas, incluso con los mejores del país, pero nadie había logrado quitar su mal.

Nayeon ahora tenía 15 años y Jihyo tenía 17.

Seguían siendo amigas.

Y Jihyo aún cumplía su promesa de ayudarla con lo que pudiera.

La de cabellos rojos había estudiado mucho acerca de la fobia de Nayeon.

Pero la menor no lograba avances y las únicas personas en las que confiaba seguían siendo sus padres y Jihyo solamente.

Pero con eso le bastaba, además ahora tenía nuevas amigas que le comprendían y parecía poder vivir con ello.

—Me voy a suicidar si no tengo una buena calificación en matemáticas.

—Tzuyu...—Habló Nayeon con tono divertido— No seas dramática.

Nayeon y Tzuyu tenían una edad muy parecida así que asistían a clases iguales.

—No es dramatismo, sólo es la verdad.

Nayeon rodó los ojos y ambas entraron al aula, la de cabellos oscuros se sentaba en un puesto alejado del resto al final de la sala y eso la mantenía tranquila.

Luego de hacer la clase, el profesor empezó a decir las calificaciones de la prueba, de menor a mayor.

Para la sorpresa de todo el mundo (Menos de Tzuyu), Nayeon había obtenido la mayor nota.

Cuando salieron de clases, Jihyo esperaba a su amiga afuera.

Nayeon no podía con su felicidad, jamás le habían gustado las matemáticas realmente, pero ahora al menos le gustaban un poquito.

Jihyo le dio unas palmaditas en el hombro para felicitarla, olvidando por un momento lo que le sucedía a la menor.

Se arrepintió al instante.

Se arrepintió al instante

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pasitos de pingüino | NahyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora