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—¿Bunny puede venir a la escuela conmigo?.

Jihyo se había emocionado un montón cuando los padres de Nayeon le comentaron que su hija necesitaba visitar la escuela para un ejercicio de rutina.

Querían intentar que Nayeon viera como era un día normal de clases con niños de su edad, Pero requerían de la ayuda de la de cabellos rojos.

—Sí Jihyo, Nayeon necesita ir a la escuela mañana, pero tienes que cuidarla muy bien ¿Ok?.

—Sí, ¡Nay estará bien conmigo!.

Aquel día, Jihyo a penas pudo controlar su emoción cuando iba a dormir.

Se puso su pijama de autitos de colores y se acostó en su cama, pero no encontraba una posición cómoda para dormir.

Se dio muchas vueltas entre las cobijas, hasta que por fin cayó en el sueño profundo esperando el gran día de mañana.

Cuando se levantó, ocupó su uniforme y arregló su mochila, colocando un jugo de fresa extra para Nayeon.

Aunque le habían explicado que sólo estaría dos horas con ella, para la niña eso era suficiente para estar tan feliz.
Le presentaría a sus amigas y le enseñaría su lugar favorito de juegos.

Se fué todo el camino a la escuela escuchando una de sus canciones favoritas en el auto de su padre y cuando llegó, una pequeña Nayeon con un uniforme nuevo que le quedaba algo grande, le esperaba balanceándo sus piecitos sentada en una de las bancas de afuera.

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pasitos de pingüino | NahyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora