NOTA: El FanArt del separador no me pertenece credito, a su talentoso y fabuloso autor/ra
— ¿No creo que sea muy propio el hacer una escena, no crees? —Antes de decirlo se arrepintió rápidamente. No supo que lo poseyó en ese momento, jamás fue su intención el siquiera el decirlo. Solo se sorprendió de encontrarlo allí.
— ¿Estás seguro que ella gusta aun de ese bastardo? — Mei Lin pregunto, y Xiao XingChen asintió por quinta vez, después de pasar con su madre observando diversos lugares de comida por causa del sufrimiento interminable que le causaba el apetito insufrible que lo empezó a dominar esas últimas semanas, Xiao XingChen se encontró con una escena muy peculiar.
Y ahora Xiao XingChen estaba luchando entre esos celos molestos y la desesperación de desear asesinar al hombre que observa desde lejos, incluso su madre con un vaso de café en su mano lo acompaña en esa labor. Así que podría decirse que ellos dos –Él y su madre, por supuesto- llegaron a un acuerdo.
Ellos dos no llevaban mucho tiempo sentados en la banca que daba a la vista de una muy elegante tienda de comestibles –Más que todo una tienda de café-. Mientras que su madre y él han observado por lo que puede ser unos diez minutos, y solo por esos simples minutos. Xiao XingChen todavía quería arrancarle los ojos a esa mujer que pensó había olvidado –Aparte con su rencor al ahora aroma de vainilla. Si- Entonces, ahora está allí, observando, a quien acaba de reconocer su alfa, con la única persona que él ha llegado a detestar tanto.
Lei Yin.
—Sí, estoy muy seguro de que... La señorita Lei estaba perdidamente enamorada por Xue Yang —Xiao XingChen afirmo, mordiéndose el labio inferior, por quien sabe cuanta vez.
—... Pero ¿Qué hace ese bastardo con ella? —Mei Lin pregunta.
Para ser justos, Xiao XingChen no estaba completamente seguro si Lei Yin aun tenia persistentes sentimientos hacia Xue Yang ¿Las personas cambian, no? Pero en ese momento no puede evitar sentirse frustrado y molesto... Por Xue Yang... No son celos, él lo sabe... al menos ¿Esta posiblemente seguro? Además Xue Yang esta como una chinche molesta encima de él los días anteriores después de todo, está casi seguro de que podría saber si Xue Yang...
Sería injusto si no pudiera sentir su propia ansia de estar juntos... o algo así.
Para ser aún más justos, era casi incomprensible que Xue Yang estuviera con esa mujer, que hace un tiempo le dejo en claro que no la soportaba... ¿Cierto?, y él por su parte comprende cómo era Xue Yang, sin intentarlo, y también sabe perfectamente como Xue Yang no estaba tratando de hacer nada con esa mujer... Posiblemente. Las únicas opciones eran o se encontraron por una casualidad Divina o es algún tipo de juicio estropeado de los Dioses dado a Xiao XingChen, para controlar su paciencia.
Si, era una prueba divina por los cielos. No hay nada más. Y no puede a ver otra respuesta, ya que es plenamente consciente que Xue Yang podía ser muy... seductor... sin quererlo.
Y sabia completamente que él no era el único que había caído por ese idiota, tal vez hay una gran cantidad de personas que estaban así por esa chinche molesta, y ese momento le molestaba esos pensamientos. Al punto que logro sentir los colmillos creciendo un poco más de lo debido. Cielos, en ese momento se está arrepintiendo de no a ver aceptado la propuesta de Xue Yang de formar un vínculo. Marcarlo. Ahora quería marcarlo y que todos notaran que Xue Yang no estaba en la disposición de nadie.
Y ahora que podrían estar... ¿Reparando lo roto?... Nadie podría verlos... Si bien sabe que Xue Yang detesta a todos por igual, y los aleja... Esa podría ser la única razón que puede pensar para que Xue Yang no haya sido robado de su lado y metido en la mansión de omegas desquiciados e inmensamente ricos, atractivos... Bueno pensar en eso ahora no importa.
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Seducción -Omegaverse XueXiao-
RomansaSiempre supe al momento que te conocí toda mi vida cambiaría. Cuando sentí una sola mirada tuya, la cual causo que mi piel se erizara. Sabía que no tenía escapatoria de lo que comenzamos... Con una sola caricia, supe que debería huir. Cuando probé...