-Oh... Jamás pensé que serias tan patético -Xue Siu soltó una fuerte carcajada, mientras se entretenía con la escena ante sus ojos.
- ¡Cállate! ¿Por qué no te has perdido? -Xue Yang gruño, casi queriendo arrojarle su teléfono.
-Bien, bien... Lamentablemente tengo que trabajar y no podre... ser testigo de la humillación que te convertirás -Se quejó, pero antes de salir del departamento no olvido dejar atrás- Saludos a mi cuñado, mañana nos vemos para saber que será-...
- ¡Silencio ya lo sé! -Xue Yang lo observo con sus ojos entrecerrados como este se encogía de hombros, antes de que escuchara la puerta cerrarse.
Para aclarar, sus volátiles ataques de enojo. Tenían una respuesta clara...
Para resumir hasta hacía poco, Xue Yang desconocía lo que era estar "avergonzado". Le era total y completamente ajeno. Desde que se independizo, fue capaz de integrarse en el mundo de la adultez o madures como muchos llaman, sus diversiones se volvieron tan frecuentes al punto de lo absurdo. Como las de un niño de primaria, si se debería dar algún ejemplo.
Ciertamente, jamás le importo la maldita opinión de los demás. Jamás. Le era más que irrelevante.
A él podrían gritarle que era una desagradable bestia y no le importaría en lo más mínimo. Había tenido que llegar a las dos décadas de su vida para estrechar la mano de ese estúpido sentimiento y, la verdad, ahora que lo había probado por cuenta propia, pensó en que prefería mil veces asesinar a alguien que seguir así.
Era patético.
Muy patético, absolutamente patético y miserablemente patético ¿Por ese absurdo sentimiento ya no se le ocurría otra manera de maldecir? Si alguien más lograra verlo, lo asesinaría para que no dijera lo que pasaba con su persona. Y luego se reiría de ese imbécil durante media hora por haber estado en el lugar equivocado. Ahora que lo piensa, no debería ser visto así.
Y bien, recapitulando sus estúpidos problemas, ahora llevaba más de una hora dando vueltas alrededor de su departamento, habitación, cocina, e incluso en un momento cargado de un estúpido pánico en... el suelo con el teléfono móvil en la mano sin poder lograr su cometido.
Aclarándolo por quien sabe cuántas veces. Xue Yang se creía a sí mismo un ser extremadamente patético.
Por suerte la mocosa aún estaba durmiendo en su habitación y no tendría que soportar sus burlas. De hecho, ha pensado que él podría considerarse una mala influencia para esa tonta niña...
¡Joder! ¡¿Por qué diablos era tan difícil?!
Xue Yang recuerda que el mismo había tenido el valor de esperar delante de Xiao XingChen en el salón en el cual estudiaba solo para invitarle salir después de ser ignorado todos los días desde que lo irrito, y le había salido sorprendentemente bien... En lo relativo de su caótica relación.
Bueno... ¿Al menos ya estaban en buenos términos?
Llegando a ese punto de estar en buenos términos que habían hecho, no tenía derecho a no llamarle. Llevaban todo el último mes hablando y comiendo juntos, era sorprendentemente bien -Sin contar el lado depresivo que causaba las hormonas de Xiao XingChen, pero era algo que podría obviarse-
La atmósfera entre ellos estaba considerablemente menos tensa y sus roces ocasionales eran cada vez más frecuentes. ¡Era lo que esperaba rápidamente! ¿Era sorprendente considerando las circunstancias? Si, ¿Le emocionaba esa estúpida situación? correcto, ¿Se estaba volviendo un imbécil patético? Absolutamente. Pero... ¿Qué había que perder?
Ahora... Solo tenía que atreverse a dar un paso...
Antes incluso de darse cuenta, una vez se hubo perdido en sus pensamientos, lo logró.
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Seducción -Omegaverse XueXiao-
RomansSiempre supe al momento que te conocí toda mi vida cambiaría. Cuando sentí una sola mirada tuya, la cual causo que mi piel se erizara. Sabía que no tenía escapatoria de lo que comenzamos... Con una sola caricia, supe que debería huir. Cuando probé...