25- Ecos del corazón.

76 9 5
                                    

Nota: Los FanArt de los separadores no me pertenecen. Credito a sus respectivos y talentosos autores/ras

Deslizándose del sofá con un humor que pocos considerarían bueno, casi pareciendo un niño pequeño que han despertado de su siesta de la tarde. Xiao XingChen bufo para sí mismo, cuando frotó sus dos ojos tratando de dispersar todo el cansancio encima de él. Atrayendo así la atención de las empleadas que pasaban a su lado con sonrisas forzadas. Que, a pesar de la mayoría ser betas, y no tener muy en claro el olor de las feromonas de enojo expulsadas de dicho omega embarazado, aún estaban al tanto de que el ceño fruncido de Xiao XingChen no era algo común.

Xiao XingChen no estaba enojado, eso no era la respuesta correcta.

Él estaba frustrado.

Y todo por culpa de Xue Yang... E incluso podría culparse a sí mismo.

Con una frustración -No digamos enojo, no- del cual muy pocos hablarían se dirigió a uno de sus estudios de la planta baja de su residencia y se dejó caer en el sillón de allí, con un ceño fruncido y un puchero creciente en sus labios. Ahora extendido cómodamente, junto en sus no muy pocas almohadas bordadas y de diferentes tamaños, comenzó a explicarse a sí mismo de porque estaba así, lógicamente él pensó que estar en sus sola tranquilada descansando era lo único que deseaba. Y hace poco estaba esperando conciliar rápidamente el sueño luego de que cierta chinche molesta no apareció luego de sus consecutivas semanas de acoso.

Pero...

¡No lo logro!

No podía dejar de encontrarse ansioso.

Porque era eso, culpa de esa tonta chinche. Para aclararlo mejor, Xue Yang no había aparecido esa mañana. Si, por supuesto lo entendía. Sabía muy bien que Xue Yang tenía su propia vida aparte de estar todos los días con él.

Porque si, en el último mes que paso, Xue Yang se aparecía todos los días, con diversas ideas de ir algún lugar para que tuviera más movilidad, trayendo consigo comida que le pareciera interesante, o simplemente pasando la tarde juntos.

Todo era normal.

Hasta que Xiao XingChen se molestó por su repetido acoso. Cielos, estaba embarazado, no estaba lisiado. ¡El necesitaba su espacio! Por lo que muy amablemente le pidió que... posiblemente dejara de acosarlo. Claro, pudo haberlo gritado, un poco. Pero ¿Y eso qué? ¡Él había perdonado a Xue Yang por otras cosas! ¿Y el no soporto esa nimiedad? ¡Ahora también quería sentir su aroma cerca! ¿Y todo porque? Por su bebé, ahora parecía que gracias a eso, padecía de bipolaridad.

Bueno, volviendo al tema principal.

Él sabía que posiblemente Xue Yang no se molestaría. Entonces Xiao XingChen lógicamente pensó que Xue Yang vendría ese día también. Pero no sucedió, ya era pasado el mediodía, y ese hombre aun no daba señales de vida.

También estaba preocupado por otra cosa. Una pequeña cosita que lo estaba molestando en esos momentos. Había una posibilidad en esos momentos, estuviera acostumbrándose nuevamente a la presencia de Xue Yang, casi como si se tratara de su respirar.

No debía hacerlo. Pero al mismo tiempo quería.

¡Ni el mismo lograba comprenderse!

Xiao XingChen quería llorar ante esa revelación de su nuevo lado desquiciado. Bajó la mano y la posó sobre su vientre donde la dejó descansar.

No podía creer lo que sucedía...

Y ahora en su plena soledad, acompañado de sí mismo, recordó como hace un par de días cuando Xue Yang tenía que irse y regresar a su apartamento, Xiao XingChen sintió como si se hubiera estado intoxicado con algo, pues inevitablemente, a pesar de sus esfuerzos lloro para sí mismo al no querer que se marchara todavía. Tenía esa extraña necesidad de estar cerca, muy cerca de Xue Yang, pero no era algo que admitiría abiertamente en esos momentos.

Seducción -Omegaverse XueXiao-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora