Un joven omega con una exótica belleza la cual es producto de una maldición que pasa de generación en generación.
Un joven apuesto y explocivo rey caprichoso, que consigue todo lo que quiere, con un pasado algo complicado.
Cinco reinos con peligro...
Un hermoso omega peli verde se encontraba durmiendo plácidamente en una habitación del gran castillo de rubí, el pobre pecoso no había podido dormir bien en los días que llegó a ese lugar pero como un milagro se tratara había podido consiliar el sueño la noche anterior. Pero como la mala suerte perseguía al chico se despertó de un salto al escuchar como la puerta de la habitación era abierta de par a par sin ninguna delicadeza.
Izuku trató de enfocar su visión para ver quién había entrado tan agrecivamente, sin embargo le fue imposible ya que la luz que entraba directamente desde la puerta era cegadora.
_¡LA PRIMERA SESIÓN DE APRENDIZAJE EMPIEZA AHORA! -una conocida omega rubia era la causante de tal alboroto-
_¿Q-Qué? -pregunta confuso el oji esmerada, pero apenas pudo reaccionar cuando unas mucamas se habían acercado a él para levantarlo y llevarlo directamente hacia el baño de la habitación- ¿¡P-POR QUÉ ME ESTÁ QUITANDO L-LA ROPA!? ¡HEY! -el pánico del pecoso aumentó al ser despojado de la bata para dormir que le habían asignado-
Pov Izuku:
El pánico de lo que estaba viviendo cada vez me envolvia más, pero me quedé impactado al sentír el agua tibia al rededor de mi cuerpo mientras sentía como me enjabonaban los brazos, poco a poco fui abriendo mis ojos y al fin pude enalizar la situación, me calmé cuando vi que las personas las cuales estaban ¿bañándome? Eran omegas. Pero aunque lo fueran no podía evitar sentirme avergonzado por la situación.
Al pasar los minutos intentaba relajarme pero todo de fue por la borda cuando terminaron de bañarme y empezaron a secar mi cuepo y a ponerme ropa interior ¡realmente me sentía incómodo! Pero antes de poder replicar sentí como colocaban algo alrededor de mi cintura y a los pocos segundos sentí lo apretaron sin ningún tipo de cuidado haciendo que por un momento perdiera el aire y mi equilibrio.
_Intente poner fuerza en los pies mientras terminamos con el corsé por favor - y antes de poder pensar en algo más sentí como volvían apretar esa cosa del demonio-
_¡AH! -fue lo único que pude decir al sentir mis cosillas contraer-
_Aguante por favor solo falta uno más -sentí como el pánico se apoderaba de mí ¿¡CÓMO QUE UNO MÁS!? ¡¡VAN A AHOGARME!!-
_¡AHHHHH! -grité con el poco aire que me quedaba-
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Cuando creí que las cosas no podían empeorar empezaron a vestirme, peinarme y ¿maquillarme? como si fuera una muñeca miré al espejo y quedé realmente sorprendido.
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