Capítulo 16

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N.O

_Todoroki continúa leyendo el decreto real de la Reina Uraraka -Ordenó con voz neutra el cenizo mientras apretada con brusquedad el hombro del pelinegro y el bicolor simplemente asintió- Rey Shindo es mejor que se comporte, esto es una asamblea real.

_Si... Rey Bakugo... -Respondió entre dientes el pelinegro y con pesar se sentó- 

_Sé que esto suena descabellado y sobre todo ilógico, pero le puedo jurar por mi preciado Blue Diamond que fue una sola persona. Sin embargo ese sujeto no parecía de este mundo, tenía poderes muy perversos y una apariencia aterradora... Le juro que esa cosa tenía unos fuertes brazos saliendo de su espalda, los cuales estaban empapados de sangre y los usaba para degollar a quien se atravesara en su camino -el heterocromático detuvo su lectura al procesar lo acababa de leer- 

El silencio en la sala absoluto, las palabras escritas en el decreto real de la reina ausente eran demasiado fantasiosas y eso que el mundo en el que vivían era un mundo dependiente de la magia que desprendían cinco gemas. 

_¿U-unos brazos? -el primero en hablar fue el alfa de orejas puntiagudas- 

_S-si su majestad -respondió con pesar la mano derecha de la reina Uraraka- Era un.. Un monstro. 

_¿Hay algo más en la carta? -preguntó sereno el cenizo tratando de encontrar una respuesta- 

_S-si su majestad -el bicolor tragó en seco antes de continuar leyendo-  

_Ese sujeto también tenía una fuerza descomunal y una resistencia inhumana, los ataques que le lanzaban mis valientes soldados sólo lograban sacarle un líquido negro viscoso, lo único que lo hizo sangrar eran mis ataques y para mi horrible suerte no pude matarle antes de que desapareciera de la nada. 

Mientras el Todoroki terminaba de leer la carta, el peliverde sentía cada vez más escalofríos, en su mente sólo se repetían las palabras "tenía unos fuertes brazos saliendo de su espalda, los cuales estaban empapados de sangre y los usaba para degollar a quien se atravesara en su camino" el omega podía jurar que esos "brazos" era igual a lo que le estaba persiguiendo por días. 

_Escribo este decreto con la esperanza que sea de ayuda para que los reinos restantes no salgan heridos, Rey Bakugo no sé si deba decir esto pero mi querido reino no soportará un ataque más... Sé que esto va en contra de mi propio orgullo como gobernante pero... ¡Por favor ayude a mi querido Diamante! 

Una vez más el silencio se hizo presente en el salón, las palabras simplemente no salían debido a la sorpresa. El peliverde sintió un fuerte escalofrío, si bien esa cosa coincidía perfectamente a su acosador, también era cierto que un poder tan bizarro no se podía tener de forma natural y esto Izuku lo podía confirmar. 

_¿Me está diciendo que una bestia es lo que ha atacado a Diamante? -preguntó con el ceño fruncido el cenizo-

_E-es lo que más se acerca su majestad -respondió el bicolor mientras se limpiaba con un pañuelo el sudor que le había causado el contenido de la carta- 

EL REINO DE RUBÍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora