Extra- 4

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••••••••••••••La familia regresa••••••••••••

Narra___:

Ya habían pasado un par de semanas desde que volví con mis sesiones terapéuticas, había aplazado un poco mi ingreso a la universidad pues sentía que primero debía adaptarme un poco más a mi nueva realidad.

Mi hijo estaba pronto a cumplir tres meses de nacido y obviamente eso me tenía más que contenta, en realidad cualquier cosa de Dorian por más mínima que sea lograba alegrar mis días.

Ahora mismo estaba en brazos de su padre mientras el leía unos documentos. Ambos tenían la mirada seria, Cinco mirando sus papeles y Dorian mirando a su padre.

Se me escapó un risita al verlos tan concentrados, mi esposo alzó su mirada hacia mí y frunció el ceño.

Cinco: ¿Pasa algo? ¿De que te ríes? - pregunto confuso -.

___: No es nada amor, solo que ambos tenían la misma expresión - comenté sin ocultar mi risa -.

El giro su rostro para ver a su hijo y noto la concentración de este al mirarlo. Mi esposo soltó una carcajada al ver a nuestro pequeño tan serio, lo acerco a él y beso su frente.

Cinco: Es igual a mí ¿Cierto? - pregunto sentándose al lado mío en la cama -.

___: Eres su padre, por supuesto que es igual a ti - contesté apegandome a ellos -.

Le dí un beso en los labios a mi esposo, uno intensos de los que hace mucho no nos dábamos. Al separarnos acaricie sus mejillas con suavidad mientras nos mirábamos encantados por el momento.

Tome a mí hijo y empezamos a jugar, sus pequeñas manos, sus expresiones, los ruiditos que hacía era simplemente adorable, todo de él era adorable.

Alimente a Dorian y Cinco se encargó de cambiarlo, el bebé no tardó mucho en quedarse dormido pues había estado despierto toda la tarde entretenido en los brazos de su padre.

Cinco decidió llevar a Dorian a la habitación que habíamos preparado para él, mientras tanto yo me metí a la ducha recordando el exquisito beso que le había dado a mi esposo.

Ese recuerdo hizo que mis manos recorrían mi cuerpo, mientras disfrutaba del placer que yo misma provocaba.

Deje salir un suspiro de mis labios cuando hallé mi clímax. Continúe con mi baño y al salir me envolví en una toalla.

En la habitación esperaba mi esposo sentado en la cama mientras me miraba con diversión, supongo que se dio cuenta de lo que hacía.

Camine al armario dejé caer la toalla mientras buscaba mi ropa, sentí la mirada de mi esposo en mi espaldas.

Esto era excitante.

Dejándome llevar por la situación vivida en la tarde gire dejando ver todo mi cuerpo desnudo. El me miró con admiración y una sonrisa divertida se formó en sus labios, me acerque a la cama dando pasos lentos y sensuales pues trataba de seducir a mi esposo antes de llegar a sus brazos. Al subir a la cama me acerque a él gateando hasta quedar cara a cara.

No podía ni describir su expresión, su perversa sonrisa y el verde oscuro de sus ojos verdes me daban a entender que hoy sería una de esas noches que tanto extrañaba.

Mi marido rozó nuestras narices para luego subir una de sus manos a mi rostro y acariciar con su pulgar desde mis labios hasta hasta mi mentón, amenazando con desender a mi cuello.

Me encantaba su lentitud y su calma antes de tomarme y hacerme sentir suya, realmente quería este momento con él después de tanto tiempo sin haber intimado.

𝑴𝒊 𝑬𝒔𝒑𝒐𝒔𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora