Capítulo quince - Azahar.

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Nuevamente era día lunes, el alabastro se encontraba en la entrada de la casa, despidiéndose de Taka-chan. Se estaban besuqueando ardientemente en toda la entrada de la casa, como si nada más importase en el mundo, como si no hubiese un montón de gente homófoba allá afuera. Los vecinos no importaban, ni los transeúntes, ni los conocidos, menos los desconocidos. Para ambos, el otro era lo más importante. El amor naciente de ambos era más fuerte cada día, y querían vivirlo juntos, querían vivirlo como "una pareja normal", una pareja que sale, se divierte, se besuquea frente a otros, se abraza, entre otras cosas melosas por el estilo.

―Kai-chan, tierra llamando a Kai-chan. ―Llamó Mitsuya tratando de detener los besos del contrario.

―¿Sí? ―Los besos de Hakkai se desplazaron a la comisura de sus labios para permitirle hablar.

―Tengo que irme a trabajar.

―Tienes razón, por momentos, creo que el mundo sólo nos pertenece a nosotros. ―Se miraron con intensidad, hasta que Mitsuya volvió a recordar que tenía que irse a trabajar.

―Bueno, supongo que hasta las señoras chismosas de mi barrio se enteraron de que eres mío. Y no me molesta en absoluto. ―Probó a decir, mostrando cierta dominancia en sus palabras. Quería ver qué efecto tenía, realmente Taka-chan no era posesivo.

―¡T-Taka-chan! ―Las mejillas de Hakkai tomaron un color rojizo rápidamente, mientras se separaba y se cubría la cara con una de sus manos.

Le había gustado, esa reacción era porque efectivamente había caído en el juego. Le gustaba verlo sonrojado mientras reía, nervioso. Le gustaba todo de su chico.

―Bien, Hakkai, tengo que irme. ―Le dejó un último y fugaz beso en los labios― Nos vemos luego, ¿sí? No te dejes dominar demasiado por mis hermanitas. ―Bromeó, para terminar de avergonzarlo. Antes de que éste pudiese responder, el grisáceo ya se había dado media vuelta y empezaba a marcharse.

―¡Suerte en el trabajo! ―Se despidió alzando un poco la voz para ser escuchado.

Mitsuya alzó la mano en señal de despedida luego de subirse a su moto. Hakkai pensaba en lo atractivo que se veía su querido en cualquier faceta, era tan atractivo. Definitivamente no olvidaría lo de que era "suyo". Ya tendría oportunidad de vengarse luego.

―¡Hakkai! ―Dijo Mana saltando a abrazarlo, con confianza de que él la recibiría al saltar. Y efectivamente, así fue.

―¡Mana! Buenos días. Hoy las iré a dejar yo a la primaria, Taka-chan me dijo anoche, espero que les haya avisado. ¿Luna ya está lista?

―¡Bu! ―Luna trató de asustar a Hakkai viniendo desde atrás, pero esa vez falló. Había ocasiones en que Hakkai sí se asustaba.

―No esta vez, vámonos, pequeñas.


◇◇◇


Hakkai tenía que admitirlo, había dormido abrazando una almohada de Mitsuya mientras las niñas habían ido a la escuela. No se sentía como abrazar a Taka-chan, pero sí se sentía bastante bien pese a no ser él. Su olor estaba impregnado, su perfume lo hacía sentirse en el paraíso. Quizá era su droga, pese a que Hakkai simplemente había probado una vez los famosos "Brownies mágicos" durante una loca ocasión junto a algunos de la TouMan. Fue toda una experiencia, e hizo prometer a Smiley, Peh-yan, Pah-chin, Angry y Baji que no se lo dirían jamás a su preciado chico, porque no quería que la percepción de Taka-chan sobre Hakkai cambiara.

Por alguna extraña razón, Baji se los había conseguido ese día a un amigo suyo, un chico de la TouMan que no se pronunciaba demasiado. El pobre de Angry y Hakkai habían sido víctimas de Smiley.

Flores y Pasteles | Hakkai x Mitsuya, Tokyo Revengers.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora