Capítulo once - Clavel Rojo.

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Hakkai condució aquella mañana con calma, mientras divagaba por su mente y sobreanalizaba las cosas. No estaba realmente concentrado en su camino, pero afortunadamente ningún accidente ocurrió, puesto que Hakkai ya se había aprendido bien la ruta y era bastante bueno conduciendo, aún cuando no estaba plenamente concentrado.

Hakkai llegó a la casa de los Mitsuya, con un semblante serio, un tanto aterrador desde el exterior, como generalmente el alabastro se veía. 

─Tengo que hablar con él, tengo que hablar con él... ─No sabía si estaba murmurando, o estaba pensando, estaba absorto en la idea, determinado a ayudar a su querido Taka-chan. La idea de que el susodicho estuviese sufriendo en silencio le atormentaba lo suficiente como para parecer un verdadero desquiciado, Taka chan siempre fue lo más importante, a quién más admiraba, pese a que en ocasiones tratase de ocultarlo para no verse demasiado cursi. Le gustaba verse fuerte y masculino, pero comprendió que, el hecho de que le gustara Taka-chan no lo hacía ver "menos hombre", quizá incluso más valiente en pleno 2007, con la gente juzgando como si fuera un verdadero adefesio por el hecho de que no le guste una mujer.

Aquel día Hakkai se comportaba según su impulso, el impulso de querer rescatarlo del presunto malestar que tenía su querido amante.

El chico llegó a la casa del de cabellos lilas, usando la llave que Taka-chan le había dado para abrir la puerta. La culpa también se estaba apoderando de él, parecía que el día anterior Mitsuya había intentado hablar al respecto, pero había sido interrumpido por Hakkai.

―Hakkai, ¡buenos días! ―Mitsuya saludó a Shiba con cierto entusiasmo, y una bonita sonrisa adornando sus labios― voy sí usaste la llave- ¿huh? ―Taka chan es abrazado por Hakkai, este no puede resistir los impulsos aquél día.

―Taka-chan, tengo que hablar contigo hoy, cuando vuelvas del trabajo.

El semblante de Mitsuya cambió de pronto, denotando cierta preocupación ante lo que pudiera estar pasando. ―Claro, hablaremos en cuanto salga del trabajo, ¿sí? ―Le ofreció una sonrisa, pero por dentro se sentía fatal. Sentía algo de miedo... ¿y si quería terminar con él?

Hakkai se separa del abrazo, y lo mira aún sintiendo algo de angustia.


◇◇◇


Mitsuya se la pasa todo el día un tanto ausente, pero aún así, se mantiene impecable en el trabajo. Las colegas del chico cuchicheaban al respecto, pero él ni cuenta se dio. Tal parecía ser que Taka-chan había ganado muchas admiradoras, y él lo sabía, por como se comportaban con él. Pero le era irrelevante, solo le importaba una persona en ese aspecto, y ese era, por supuesto, su querido 'Kai-chan'. 

―E-este, Mitsuya... si necesitas hablar con alguien, aquí estoy. ―Se ofreció una de las colegas del chico. Mitsuya podía leer sus intenciones, ella quería ganar su confianza para pasar a algo más. 

―Muchas gracias, lo tendré en cuenta. ―Era una forma gentil de decir que no quería saber nada al respecto, y que no lo consideraría. Si supiera que sus intenciones fueran sinceras sí se convertirían en amigos, probablemente. Pero a Mitsuya no le interesaba que tuvieran dobles intenciones. Él lo sabía, por todas las veces que ella quiso acercarse de una manera más... física a él.

Si bien no podría considerarlo acoso, se sentía incómodo en el trabajo, pero hacía todo eso para alivianar la carga de su madre. Mitsuya se consideraba una persona muy paciente, que se comportaba de manera cordial con todos, pero esas chicas parecían un tanto... desesperadas. No significaba que sería grosero, pero mantenía cierta distancia. 

Flores y Pasteles | Hakkai x Mitsuya, Tokyo Revengers.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora