Un ser sin alma

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Los pasos de la chica estaban sincronizados con su respiración, fuerte, acelerada y pesada, si bien podía con su peso y el de sus alas dormidas que no se conseguía elevar. Sus pies mal heridos, seguían un ritmo rápido y constante sobre los cenizos encendidos y astillas de madera, lloraba incesante, pidiendo en su interior que solo fuera una mala pesadilla, que nada fuera verdad, que los demonios no hubiesen acabado con todo, que sus hermanos no hubiesen quedado bajo ruinas, que Hank...no los hubiese matado... Al pensarlo se soltó más en llanto, no supo cuánto corrió y a qué dirección, al detenerse no se halló.

En medio de árboles y más árboles, dio varias vueltas en su punto, sintiéndose ofuscada y oprimida, sabía que estaba cerca, lo sentía, presenciaba la fina ira que su aleteo emanaba.

Naikê comenzó a soltar pequeños alaridos por la tensión y opresión causados por los llantos de su hija, buscaba a tientas una forma de salvar a ambas... oh tal vez no a ambas.

De la nada entró en un tipo de shock, donde todos sus sentidos sé centraron en un punto fijo "Backhu"... Tenía que aceptarlo... No había salida para ella. Más tranquila, comenzó a estudiar su entorno hasta encontrar lo que parecía la mejor solución.

Ansiosa, se acercó a uno de los millones de árboles secos a su alrededor, dejó a la pequeña a un lado y desesperada, comenzó a arrancar los raíces del tronco, hasta hacer una abertura, sonrió victoriosa al ver que el agujero era lo suficiente hueco para su tarea, con velocidad, escarbó la tierra hasta formar un hueco ovalado, volvió con su hija y la tomó en brazos, sintiendo que el corazón se le desgarraba.

-Backhu... Y-yo... Yo lo siento ¿sí? - las palabras salían a tropezones seguidos por el incesante llanto que se sincronizaba con el de la niña- S-sé que me odiarás, pero lo entenderás cuando crezcas, sé que vivirás, lo sé... No estaré contigo, y no me recordarás pero te amo, te amo mucho, cuídate por favor- Dio un beso a su hija en la frente y con un truco de hechicería  pidió dormir a la niña, a los segundos de esta caer dormida, Naikê la acomodó entre el agujero en la tierra y cubrió la abertura de las raíces faltantes.

-¡¡¡NAIKÊ!!!- esta endureció el rostro y suspiró, secó sus lágrimas y con todo el auto control que tenía, empezó a correr entre los árboles, dejando atrás a su gran amor - ¡¡¡NAIKÊ!!! ¡VEN AQUÍ!- su voz sonaba potente y feroz entre la espesura del bosque, estaba furioso, era claro. Naikê apresuró más el paso aunque sabía que era inútil, se oyó el crujir de unas ramas y su voz enloquecida tras de ella; con desespero tomo una de las pulseras de su muñeca y la apretó en sus palmas hasta que las gemas que en ella habían se estallaron y se volviesen humo, esta era la señal para Monsri, su fiel amiga nunca la defraudaría –No puedes huir de mí- Naikê sé congeló, volteo su cabeza hacía atrás y se encontró con el rostro desquiciado de su padre, sus sentidos se pasmaron, haciendo que perdiera la noción y tropezara con cualquier cosa que se hallara en el suelo, provocando que cayera con un golpe seco, que aprovechó Hank para abalanzarse sobre ella.

-Mírate, débil traicionera- Naikê forcejaba bajo Hank, tratando de quitárselo de encima, Hank tomó sus muñecas en un puño, quemándolas en el proceso, la chica soltó un alarido de dolor al sentir el escozor, - ¿Qué se siente, traicionar a los tuyos y fundirse con un demonio? - Como pudo Naikê sonrió.

-No traicione a los míos, te traicione a ti, como tu nos estas traicionando a nosotros ¿Qué se siente ser un ser sin alma y tan vacío, hasta el paso de ser la concubina de los demonios?

-No te imaginas cariño- siseó sonriente -El poder que hay en mi, ¡no lo iguala nadie! Te ofrecí un mundo, solo para ti, serias una reina, pero no tienes la misma ambición de tu padre.

-Estas loco Hank - chilló en el suelo- por favor ya deja esto.

- Hija mía, no llores por favor, solo di que vendrás conmigo, deja a ese Demonio infame que te sedujo, olvida esa aberración que salió de tu vientre ¡Dominaremos hasta el cielo, los mismos dioses nos tendrán respeto! - Gritó eufórico con una emoción psicótica a lo que Naikê respondió esculpiéndole la cara con enojo, este suspiro y le vio como quien ve una cucaracha cualquiera - ¿Sabes? es hora de que te reúnas con tu madre- Al escucharlo Naikê gritó tanto de ira como de miedo; Hank se burló y de un solo movimiento la puso boca abajo impidiendo su movimiento, posicionó una rodilla en el cuello y otra en las caderas mientras aun le sujetaba los brazos sobre la cabeza.

-¡Por traición, desobediencia y... placer propio, yo, te despojo de tus alas! Naikê, hija de la furia- Sin importarle los incesantes gritos de su propia hija, tomó de las raíces de sus alas, y con fuerza las haló hacía arriba, desgarrando la carne de su espalda con brutalidad, dejado los huesos a plena vista y la sangre saliendo a cantaros hasta dejar separadas las alas de su lugar... Para cuando finalizó, ya no se oían gritos, no había llanto, todo se lo tragó el bosque igual que el suelo se tragaba el mar de sangre, de aquella guerrera ya sin vida.


-Ahora - Susurró mientras sacudía sus muñecas empapadas de sangre -... ¿En dónde escondió a la chiquilla? - Bufó iracundo. 






NOTA: Imagen labi.ufscar.br (Pinterest)


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