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"¡España!" Niall grita mientras sale del aeropuerto Puerto Rosaria, Fuerteventura. Hace algunos movimientos de baile extraños mientras Harry y Shirley solo lo miran con diversión.

"Cariño, ¿podrías actuar un poco normal antes de que nos echen del país antes de que podamos disfrutar todo?" Shirley bromea. Niall rueda los ojos y besa la mejilla de Shirley. "Has estado saliendo demasiado con Harry, eres aburrida por su culpa." Niall le guiña un ojo a su novia.

"¿Te das cuenta de que solo estoy aquí, cierto, Ni?", la molestia es clara en la voz de Harry, pero no puede ocultar una pequeña sonrisa que se asoma.

"Lo siento, Hazz. Ahora, busquemos un taxi. Mi novia quiere disfrutar de las vacaciones." entrelaza su mano con la de Shirley, con su maleta en la otra mano. Hay muchos taxis en fila, personas apoyadas en ellos rogando por la atención de los turistas.

"¡Hola! ¿Necesitan un taxi?", un hombre se acerca al trío, hablando un inglés entrecortado y Harry sonríe. "Sí, por favor. Tenemos que ir al complejo 'Marina Playa' en Jandia." el hombre asiente y toma las maletas, dejándolas dentro de la parte trasera de su auto.

"¿Puedo sentarme en el frente?" Niall salta como un niño pequeño y tanto Shirley como Harry no responden y solo abren las puertas de atrás. Niall capta la indirecta y corre hacia el frente.

La cabeza de Harry está apoyada contra la ventana. No es la mejor idea ya que están un poco sucias. Fuerteventura es muy calurosa, siendo parte de las Islas Canarias, pero también muy ventosa y tiene un clima un poco desértico, lo que significa que hay arena en todas partes.

Oye a Niall hablando con el taxista, tratando de tener una conversación. Shirley está sentada junto a Harry, escuchando música. Ella está tarareando en silencio la melodía de su canción favorita. Harry realmente no presta atención a sus amigos y se pierde en sus pensamientos.

Sus padres pagaron este viaje, diciendo que es porque se graduaron, pero Harry sabe que no es la única razón. Sabe que su madre está preocupada por él debido a la ruptura por la que pasó recientemente. La escuchó hablar con la madre de Niall al respecto, ella teniendo la esperanza de que las vacaciones de dos meses con sus mejores amigos arreglen a su hijo y su corazón roto.

Harry todavía se preocupa por la chica, sin saber si la superará. Caroline fue su primer amor y esperaba que también fuera el último. Él no sabe si todavía la ama, pero hay algo que lo hacía sentir vacío.

En las vacaciones, Harry planea simplemente estar en la piscina, nadar de vez en cuando, beber cócteles exóticos y broncearse. El estado de ánimo triste de Harry desaparece lentamente y una sonrisa aparece en su rostro. Tiene muchas ganas de pasar estos dos meses con sus mejores amigos en una isla tropical. Finalmente tendrá tiempo para relajarse después de esos exámenes y la ruptura. Tal vez incluso encuentre un amor de verano.

"Normalmente debes pagar cincuenta euros, pero voy a ayudar, así que solo dame cuarenta." el taxista, cuyo nombre es Juan, dice a Niall. El rubio sonríe y le paga. "¡Gracias! Que tengas un buen día. Saluda a tu perro de mi parte y gracias por aconsejarme buenos lugares para comer. Me gusta la comida, ¿sabes?" Niall sonríe. Juan le sonríe a Niall y le palmea el hombro.

"Aquí está mi tarjeta. Si necesitan un taxi, llámenme." Juan se lo da a Niall ya que han estado hablando durante los últimos cuarenta y cinco minutos y Niall asiente. "Seguro que te llamaremos. ¡Adiós, Juan!" Niall se despide y los tres caminan hacia la recepción del hotel para registrarse.

"¡Voy a dejar mis cosas con ustedes, necesito ir al baño desesperadamente!" Harry básicamente arroja su bolso al suelo, buscando el letrero del baño. Su vejiga lo ha estado matando durante los últimos treinta minutos y sabe que no puede aguantar un segundo más. Al llegar al baño, accidentalmente un poco de orina cae sobre la persona que está a su lado.