Desfile Nocturno

200 17 1
                                    

-0---------------0-----------------0-------------------0-------------------0-----------------------0-----------------------0

Aún era de noche en el Distrito Rojo, el barrio estaba más animado que nunca, seguramente porque no habían pasado menos de 10 minutos desde que sucedió el desfile de varias oiran, incluyendo la de Makio. La misma decidió asomarse un poco por la ventana, sus ojos ámbar vieron justo lo que esperaba encontrar pero hacía lo posible por ignorar, acosadores y muchas peleas, la mayoría por algún problema de deudas o de prostitutas.

Soltando un suspiro cansado la kunoichi se apartó un poco y se recostó en su futón, estaba exhausta, llevaba desde la mañana preparando lo último con Hinatsuru y Suma, además de que el viaje ahí había sido agotador.

Y para su mala suerte ahora no solo tenía que investigar al posible demonio que se hallaba en este territorio sino también investigar a la oiran que vio anteriormente, definitivamente sabia algo y no podía imaginarse que podría ser.

-Ahhhh denme un descanso joder..- Terminó soltando al pensar en todas las cosas se le habían acumulado en tan solo unas horas, para el colmo de todo la reunión con la señora Ogimoto no había ayudado a aliviar su estrés.

-Ahora encima de todo debo hacer los trabajos que me ordenó la señora y terminarlos en dos dias- Una queja tras otra siguieron salieron de ella, debía aprender a tocar instrumentos, a maquillarse y llevar algunas clases de modales y al ser nueva y bonita, la señora tenía enormes expectativas pidiéndole que lograra al menos una de esas 2 cosas a la perfección para dentro de dos días.

-Sí definitivamente debo tomar aire, estar aquí empieza a ser sofocante.- Se levantó rápidamente y arreglándose el pelo mientras caminaba empezó a salir del edificio. Vio pasar a Mei y Ai, les dio un pequeño saludo y se adentro a la calle principal de la ciudad.

Empezó a observar un poco sus alrededores, no vio mucho más que cientos de hombres y puestos de comida, podía ver alguna que otra mujer pero todas parecían ser empleadas o estaban siendo vendidas. Prefirió no acercarse mucho a las casas de Hinatsuru y Suma, si bien podían encontrarse habían acordado no hacerlo al principio ya que traería sospechas y definitivamente no quieren eso. Además que su mente estaba tan desordenada que no creía ser capaz de poder hablar con ellas en ese momento.

Se acercó a una casa poco famosa y se reposó en la pared de la misma, quería descansar un poco y observar sus alrededores un poco. No vio mucho más de lo que ya podía verse desde su ventana, como mucho alguna que otra oiran volviendo del lugar de su cliente. Se quedó viendo sus desfiles.

¨Me pregunto si Oiran-sama hace esto tambien¨- pensó para si misma, conocía muy poco a su ahora superior pero algo estaba claro y es que definitivamente no era como todas las oiran, empezando por el diferente trato que tenía hacia las nuevas y sus acompañantes.

Todas las oiran desprendían un aura de grandeza y elegancia, además añadiendo el hecho que a veces eran acompañadas por su anterior cliente les daba un toque raro, como que las hacía ver más maduras y despreocupadas. Makio realmente no quería eso, si bien tenía esposo y por así decirlo esposas, nunca compartía la idea de que la popularidad de las oiran sean algo decididas por cuantos se acuestan.

El número no importaba mientras tú realmente respetes y admires a esa persona, no hacía falta amarlos a todos, pero si quererlo, la idea de la prostitucion negaba esa idea suya, por eso odiaba fuertemente eso.

Perdida en sus pensamientos oyó una música de fondo cada vez más cerca, la ignoró por completo al inicio, iba a ser seguramente otro desfile. Un suave pero audible sonido llegó, su vista se separó del suelo y miró hacia arriba, vio a su oiran haciendo su desfile de vuelta a la Casa Ogimoto. Venía acompañada de un joven de pelo rojo, posiblemente de unos 26 Makio cálculo, no lo había visto antes pero suponía que había sido el cliente de la albina.

Iba a dejar de mirarlos, le seguía pareciendo asqueroso como se veían las oiran al caminar con su cliente, se veía falso, lo odiaba. Pero para su propia sorpresa, ambos se reían, nunca había visto que eso fuera permitido, ¿reírse en el desfile? era permitido no lo sabía, pero lo que si sabia es que ambas risas eran sinceras y alegres. No parecían risas formales ni se estaban conteniendo, estaban riendo ambos desde el fondo de su corazón.

Se veían tan auténticos, tan reales, una amistad que parecía realmente una, no una forzada por dinero, contratos o estatus.

No reían lo suficiente como para llamar la atención, pero para Makio significó muchas cosas, no solo había probado que su teoría estaba mal, si no había confirmado algo que creía, definitivamente su oiran no era normal. Bueno al menos eso creía ¿sería normal para alguien hablar tan amistosamente después de posiblemente tener relaciones?, no, no solo eso parecía amigos, eran amigos, pero no entendía.

Sin darse cuenta se les había quedado viendo, se percató de eso en cuanto la oiran la vio y se movilizó un poco hacia su dirección seguida de todo el desfile, ya un poco más cerca de Makio pidió que los siguiera con un simple movimiento de mano. Esta misma se incorporó de forma sigilosa, se ubico donde la oiran le había señalado y camino junto a ella y el cliente.

-Necesito hablar contigo cuando lleguemos así que apenas puedas ver a mi recamara.-Susurro la albina lo suficientemente alto para que tanto como Karoma como Makio lograran escuchar. Unos nervios entraron directos al cuerpo de Makio, viendo la posibilidad de que la peliblanca supiera de su pasado y de las sospechosas acciones que ella había realizado, el miedo empezó a recorrer su cuerpo.

¿Que podria la oiran tener que decirle a ella con solo llevar un dia en esa casa?

-Oya Oya, que curiosa pregunta My friend- Eso era un idioma extranjero, al menos eso creía Makio, había oído un poco de este antes, si no se equivocaba decía mi amiga o amigo. Si eso era cierto ahora tenía el doble de curiosidad sobre qué estaba pasando.

-Aun no respondo a tu carta Korama, no te pases- La mirada de ella se agilizo un poco mientras miraba al muchacho, mientras este solo trago pesado, posiblemente del pequeño miedo que daba la amenaza de la oiran.

-¿Entonces te espero luego Makio-san?- Volvió a ver a la ojos ámbar esperando una respuesta gratificante.

-Claro no hay problema Harunobu-sama-

¿Porque Pareces Que Sabes Quien Soy?-*-Makio X LectorADonde viven las historias. Descúbrelo ahora