V E I N T I D O S

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CAMILLE

La oscuridad se desvanece poco a poco mientras abro mis ojos, hay vidrios enormes que son como paredes, La habitación no está tan oscura, de hecho, se me hace familiar.

Estas en la habitación de Asher.

Dejo todo efecto del sueño a un lado y me concentro, mis sentidos de alerta están presentes.

¿Pero que mierda había pasado?

Lo poco que recordaba era a mí hablando con Asher en el cementerio, después de eso ello no hay nada. Y bueno sin excluir a la parte donde me había secuestrado.

Ese imbécil.

Sabía que era mala idea irme con el.

¿Por qué siempre debo dejarme llevar?

Bajo la mirada a mis manos las cuales siguen amarradas con una soga realmente delgada, intento hacer fuerza para liberarme y lo único que consigo es ver mi sangre salir, suelto un quejido de dolor al ver el pequeño corte y la escandalosa sangre que sale de mi muñeca.

Torpe, Camille, torpe.

—Te sugiero en verdad que no hagas tanta fuerza, podrías lastimarte —Los ojos de Asher se centran en mí, esa mirada que muchas veces no descifre. Ahora era tan claro todo.

Bufé con una sonrisa en la cara.

—¿Y a caso te preocupa que yo me lastime o no? Me tienes aquí sin mi consentimiento, por si no lo sabes, esto se llama SECUESTRO —Él tomó una silla y la puso frente a mí a una distancia exagerada, sus ojos devoradores intentaban atraparme en cualquier momento

Decidí que no tendría por qué demostrarle miedo a una persona como Asher que parece ser inestable. No estoy bajo su poder, hechizo encantador o bajo su posesión. Así que debía pensar bien que haría.

—Lo sé —Asher sonríe como si viera en mí una paleta dulce— Puedes decir que si estás secuestrada.

Trago saliva.

—¿Qué quieres?

Quiero ir al punto sin rodeos o alguna clase de distracción, es difícil solo mantener la respiración estable.

—A tí —Su voz es más profunda—Y tu silencio —hago un ademán para que siga y sea más específico— Sólo quiero que mantengas esa linda boquita que tanto me encanta...—un cuchillo se asoma desde el interior de su saco estirando su brazo hasta mí, la punta fina del cuchillo recorre mis labios, el tacto me eriza la piel— Cerrada.

—¿De qué hablas?— mi voz no sale para nada firme.

—De lo que viste aquella noche Camille, No soy estúpido y me sorprende saber que no has dicho nada.

—¿Por qué soy de confiar?

Él niega, la punta del cuchillo hace presión sobre mi labio.

—Maldito sea el hombre que confíe en otro hombre. Eso dice la biblia ¿No es así?

La presión se hace más fuerte, yo cierro los ojos del ardor.

ASHER #killer 01 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora