M. M. A

Capítulo 7

El silencio continuó durante un rato.

“…  …  .”

Por suerte o por desgracia, Aslan y Rosalind no continuaron la conversación después de eso.

“¿Hay algo incómodo en su estadía?”

"¡Nada es incómodo!  Estoy muy, muy feliz de que esté bien ser así.  Siempre estoy agradecida por la hospitalidad inmerecida”.

Aslan cuidó de Rosalind con cariño, y Rosalind lo trató con una actitud vivaz característica.

“Entonces estoy feliz.  Pero si alguna vez necesitas algo más tarde, siempre puedes decírmelo".

"Muchas gracias, Aslan".

Con esto, la conversación entre los dos terminó.  Escuché pasos alejándose.  El paso pesado y relajado sería el de Aslan, y el paso muy ligero sería el de Rosalind.

Los dos tipos de pasos disminuyeron lentamente y dejaron de escucharse.

Las personas con las que estaban hablando se habían ido, así que no había nada más que quisiera escuchar.

Pero hasta que los dos partieron en diferentes direcciones, me quedé quieta, como si estuviera arraigado en ese lugar.

Las palabras de Aslan resonaron en mi mente.

[Bueno.  No me casé con mi esposa porque me la ame.]

Sí, así es

[Acabé haciendo un contrato con ella por necesidad.]

Así es.

Nuestro matrimonio era parte de un contrato para satisfacer las necesidades del otro.

Entonces, incluso si Aslan habla de una manera tan formal, no hay motivo para que yo sufra tanto.

Todavía.

[Yo tampoco esperaba que durara tanto.  …  …  Estoy fastidiado.]

No sabía que me odiabas lo suficiente como para decir esto.

“Pensé que nos llevábamos bien, pero me equivoqué”.

¿Estaba sujetando su tobillo?

Mientras soportaba las emociones calientes que surgieron y tocaron mis dedos, de repente recordé el contenido del 'original' que había leído en mi vida anterior.

* * *

“La confesión de Aslan fue impactante".

“No hay un ‘amor’ conocido públicamente entre nosotros.  Más bien, no sé si es al revés...  …  .”

Las finas cejas de Aslan se fruncieron.  Explicó en un tono que parecía aterrador incluso de imaginar.

“Me casé con ella, Helena, no porque la amara, sino porque tomó mi debilidad y me amenazó”.

"¿Si?  Una, ¿una amenaza?"

Aslan asintió con la cabeza en afirmación a Rosalind, quien estaba tan sorprendida que tartamudeó.

"Por alguna razón, lo hemos mantenido en secreto hasta ahora, pero no quiero causar ningún malentendido".

Aslan explicó con calma.  Sin embargo, en contraste con su voz contundente, había emociones complicadas flotando en sus ojos arrugados.

Confundida, Rosalind ni siquiera notó su delicado lado interior.  Estaba demasiado ocupada manteniendo la boca bien abierta.

'¡Disparates!'