Capítulo 16

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[¡Helena, ¿cómo estás…  … ? !]

El noble que estaba murmurando algo me miró fijamente durante mucho tiempo.

Incliné la cabeza y moví los dedos.  Pensé que quería salir de este lugar.

El hombre que me miraba de pies a cabeza como si me desmantelara lentamente abrió la boca.

[… …  Si miras de cerca, hay muchas otras cosas.  No tiene el cabello dorado y fino como Helena, y sus ojos son más oscuros y apagados que los de Helena.  Incluso su cara es peor que la de ese niño.]

Me sentí mal porque de repente me criticaron por mi apariencia.

Si mi oponente no fuera un noble y yo no fuera un plebeyo, no me habría quedado quieta.

Sin embargo, en una sociedad basada en clases, la clase baja era la débil absoluta.

[… …  .]

No pude hacer nada más que inclinar la cabeza para evitar las miradas que me juzgaban.

Pero el noble ni siquiera me permitió hacer eso.

[Levanta tu cabeza.]

Me mordí el labio y escuché sus órdenes.

El hombre que se sobresaltó cuando me vio por primera vez desapareció, y había un noble lleno de arrogancia naturalmente.

[Gira la cabeza hacia un lado.]

[…  …  .]

[Está bien, esta vez al revés.]

[…  …  .]

[Date la vuelta en tu lugar.]

Me movió la barbilla.

[Esta vez…  …  Si.  Háblame.]

[… …  .]

[¿Eres tonta?]

[… …  No.]

Respondió con paciencia.

El noble hombre entrecerró los ojos como si estuviera ofendido por mi corta y contundente respuesta.  Pero no se enojó.

[A primera vista, suena como esa chica.  A medida que uno crece, su voz cambia un poco.]

Murmuró, murmurando palabras desconocidas, y sonrió satisfecho.

[Estupendo.  Es lo más parecido que he visto.]

Cuando vi esa sonrisa que de alguna manera se sintió espeluznante, debería haber huido de inmediato.

Sin saber el sombrío futuro que se avecinaba de inmediato, me senté en silencio.

Hubo muchas historias de plebeyos que estaban seriamente molestos después de ser atrapados por error por un aristócrata, pateándolos en el pie como si fueran piedras esparcidas por la calle.

No quería ser el personaje principal de esa tontería sin interés, así que mantuve mi rostro hacia abajo.

Afortunadamente, tal vez yo no parecía molestar los ojos de los nobles.

El noble, que me había estado sujetando durante un rato y ordenándome hacer esto y aquello, agitó su mano que estaba acariciando mi barbilla.

[Hecho.  Solo ve y mira.]

[Gracias.  Bien entonces...  …  .]

[Un momento.]

Cuando estaba a punto de huir, un hombre me atrapó.

M. M. ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora