M. M. A

Capítulo 42

Ha pasado poco más de un mes.

Fue a principios de verano cuando se dijo que ahora hacía calor afuera.

Sin embargo, todavía era invierno en la mansión Thordel.  El aire en la mansión todavía estaba frío, y tenía una fina capa de hielo que se podía ver incluso al pisarla.

Es porque aún no se han cosechado las secuelas del frío invierno.

Los asientos vacíos de aquellos que habían caído bajo la espada de su enojado maestro aún permanecían.

Aunque Dalton negoció algunas veces, Aslan no contrató a más hombres.

Como ha disminuido el número de personas que trabajan, no queda más remedio que limitar el espacio al que pueden llegar las personas.

Para reducir eso un poco, se asignó más trabajo a las personas restantes, por lo que no hubo tiempo para que las personas ocupadas hablaran entre sí.

De hecho, aunque no tengan mucho trabajo, está claro que ya no pueden hablar como antes.

Después de la partida de la duquesa, tuvo que tener cuidado con respirar en la mansión congelada de Thordel.

Especialmente cerca de su oficina, donde Aslan pasa la mayor parte del día.

“…  …  .”

En la oficina tranquila donde cesó el chirrido del plumín.

Aslan, que estaba examinando los documentos con ojos cansados, dejó su trabajo y se puso de pie.

Hacer clic.

Aslan salió al balcón, sacó un puro y se lo metió en la boca.

Con rostro cansado, rebuscó en los bolsillos de su chaqueta y sacó las cosas que había estado buscando recientemente.

Sacó un puro, se lo metió en la boca y lo encendió.

Mientras aspiraba lo suficientemente profundo como para hacer sus mejillas más delgadas, sintió que estaba llenando un poco su estómago vacío con el humo acre.

“Vaya…  …  .”

Tomando una larga bocanada de humo del puro, miró por encima de la balaustrada hacia el jardín.

Cualquiera que sea la atmósfera de la mansión, la escena de verano afuera era hermosa.

Los tímidos capullos se abrieron de par en par entre las hojas frescas, y el dulce olor se esparció aquí y allá.

El jardín era el lugar favorito de Lyla.  Tal vez fue el único espacio que le dio de corazón en esta espaciosa mansión Thordel.

El elaborado jardín por sí solo no impresionó a Aslan, pero el hecho de que los recuerdos de su esposa se derritieran allí causó una impresión especial.

Aslan se quedó atónito y miró fijamente el jardín, buscando rastros de su esposa esparcidos por todas partes.

Cuando llegó ahí en ese momento cuando el sol estaba mirando hacia el oeste y el sol se estaba alargando, pudo ver a Lyla caminando sola en el jardín sin hablar con la gente.

Layla, que estuvo mayormente en su habitación, pasó bastante tiempo paseando por el jardín.

Lyla miró la escultura de mujer sosteniendo un jarro con agua que fluía de la fuente y luego sumergió suavemente las yemas de los dedos en el agua.

Se detuvo a cada paso para mirar las flores en plena floración y luego se inclinó para oler el aroma.

No era solo que él la acompañaba a menudo en los paseos, Aslan conocía en detalle sus paseos.  Todo se debe a un nuevo hábito que formó hace 3 años.