La noche caía, de tanto a tanto aquella chica en el en la que vivía su fallecido abuelo, las ventanas de una de las habitaciones se iluminaban, mientras ella seguía dibujando para pagar sus facturas acompañada de su Espeon que le había acompañado desde que era un Eevee, que tanto podría esperar ella mientras una de sus manos manchadas de tinta acariciaba el aterciopelado pelaje de Espeon con cuidado de no mancharle.
Pasaban en silencio la noche dibujando, mientras Espeon le brindaba las cosas que iba necesitando durante ese tiempo, tarros de tinta, papel, bocadillos, Sakura simplemente seguía acariciándole de cuando en cuando hasta llegar la medianoche, Espeon le quitaba la pluma de la mano interrumpiéndole.
–¿Qué pasa Espeon? –dijo Sakura tratando de agarrar la pluma que se mantenía en el aire– mañana tengo libre puedo dormir todo el día si eso quieres que haga, pero dejame terminar con esta página primero
Espeon se negaba a esa posibilidad e hizo levitar el calendario pegado en la puerta hacia ellos, el plazo de la siguiente publicación no iba a llegar hasta la semana después de eso.
–Ya se que debo hacer todo el trabajo de dos semanas en un solo día –dijo Sakura excusándose frente a su fiel Espeon–pero ya pude hacer la mitad de todo lo que tenía que hacer, solo esta página y ya.
Espeon se negaba a ello y le hipnotizo para poder hacerla dormir de inmediato, la llevó hacia su futon y le arropo bien contra el frío y ordenó el desastre en el escritorio ordenando todo el trabajo que había hecho ese día junto a todo lo demás en su carpeta, para después vigilarle el resto de la noche asegurándose de que no hubiese nada que le despertase.
Se comunicaba con los Pokemón insecto en el jardín buscando a alguien que pudiese proteger las afueras de la casa, cuando de pronto un Pikipek aterrizó en el porche avisándole de algo que había escuchado por el ayuntamiento que pronto recibiría una llamada de ello, Espeon esperaba emocionado por ello, pero bien sabía que su maestra dudaría de ello, pero sea cual sea su decisión él se quedaría junto a ella
La noche pasaba impasible por ello, Espeon se mantenía cerca del teléfono esperando por ello, aún sin poder llegar el amanecer, Sakura se despertaba bajo la Luna observándola en el porche, que tanto pasaba por su cabeza pensaba Espeon, pero ella se sentaba a su lado, sin ninguna molestia de lo que había hecho ella simplemente sonreía y le acariciaba observando a los Pokemon que pasaban allí en frente, él intentaba empujarla de vuelta a cama, pero al ver su terquedad, decidió dejarle ser por un rato más.
Ella recordaba aquellas últimas palabras que su abuelo le había dirigido; “no dejes de soñar” a que se refería aquel viejo, se decía Sakura a sí misma al recordarle, tanto tiempo que había pasado desde que falleció, dejándole aquella nostálgica cabaña que él había arreglado para ella antes de irse.
Ella abrazaba a Espeon con fuerza , intentando no llorar sobre su pelaje, él le consolaba incondicionalmente, procurando que no se sintiese sola, la gema en su frente brillo en una luz carmesí guiándole a través de esos tristes recuerdos, mostrándole aquellos recuerdos agradables que tenía no sólo con su abuelo, si no con todas las personas que había conocido.
Aquellas amigas que tanto le ayudaron a través de todo, aquella profesora que le guió frente a aquella situación, como su abuelo cuido siempre de ella, todos esos recuerdos, todas esas dulces memorias que tan irreemplazables eran para ella, siempre estarían ahí, aquellas cosas que tanto amaba, no se irían nunca de su lado.
Sakura se dormía, acurrucada encima de Espeon, siendo cargada de vuelta por él, quien se encontraba satisfecho por haber logrado su cometido.....
A veces, quisiera dejar de existir , pero ¿es realmente esa una solución a mis problemas?