Shoko's Dearest Flower

2 1 0
                                    

Banna ayudaba en el jardín a Shoko, aquella amiga de su madre que había decidido dejarla vivir junto a ellos, pues bien, simplemente sentía la casa un poco vacía en ocasiones.
Ella regaba las flores y plantaba otras más, mientras Banna se aseguraba de que no faltara nada por hacer, mientras Floette flotaba alrededor de Shoko posándose en su cabeza, mientras Eevee iba por el jardín oliendo el aroma de las flores, estornudado por el polen

–¿por qué el jardín? –preguntó Banna–

–es por Floette –respondió ella– antes de traerla aquí, solo estaba rodeada de flores marchitas y veneno

Floette escuchaba con atención, procurando que no se distrajese demasiado de lo que estaba haciendo.

–me sorprende que haya aguantado tanto como lo hizo.

Shoko rememoraba aquellos momentos con claridad, contándole todo a Banna.

El aire estába completamente poluto en aquella ciudad abandonada, donde un montón de empresarios habían devastado todo por sus fines egoístas, Shoko sólo intentaba pasar a su siguiente destino, pero justo antes de entrar, alguien le menciono de un Flabebe que se había avistado por allí.

Ella escucho el grito de aquel Pokemon en varias partes de la abandonada ciudad, finalmente dando con una estructura ruinosa que parecía alguna vez haber sido una floristería que ahora se encontraba completamente vacía y deteriorada por el tiempo, donde solo andaban cerca algunos Muk y Trubish que ni intenciones de acercarse tenían.

–hay bastante tipo veneno aquí –decía ella para sí misma–

Ella entró con precaución sin molestarse tanto por buscar algo más aparte de aquel Pokemon, se adentro hasta el almacén donde solo quedaba el Flabebe con su flor ya marchitándose , ella intentó ocultarse de Shoko sin poder apenas elevarse del suelo.

Ella se veía a su alrededor algo buscando algo para darle, viendo a su alrededor otras flores completamente muertas.

–no tienen raíces –dijo Shoko sacando una de las Pokebolas en su bolsillo– por favor, ven conmigo, yo puedo cuidar de ti, pero debes salir de aquí.

El Flabebe miraba a los amables ojos de Shoko con miedo, Dándose cuenta de que sus intenciones eran verdaderas, pulso el botón de la Pokebola dejándose capturar.
Shoko la observo con unos brevemente decidiendo que hacer, sacó a Kadabra explicándole la situación.

–¿Puedes llevarme al centro pokemon? –le preguntó Shoko– se que es peligroso, pero no tengo más opciones si quiero llegar antes de que empeore más.

El Kadabra rápidamente analizó la situación, asintiendo a esta, el se concentró en su cuchara por unos instantes y sus ojos empezaron a iluminarse, él extendió su mano hacia Shoko, decidiendo seguir sus órdenes a pesar del riesgo que esto conllevaba, Shoko Cerraba sus ojos con miedo, aún a sabiendas de que podría salir mal,
Y en un solo instante, ellos dos se esfumaron, las mano de Shoko temblaba mientras Kadabra le sostenía, empezaba a sentirse mareada y aquellos segundos empezaban a sentirse como horas, hasta que finalmente había acabado, terminando en frente del mostrador del centro, Shoko aún estaba tembloroso, mientras su Pokemon intentaba calmarle por unos instantes.

La encargada pelirrosa salió de allí viendo el escándalo.

–pense qué ibas a Lumiose –preguntó la enfermera–

Shoko recordó que estaba haciendo y de inmediato sacó la Pokebola con el Flabebe en desesperación, dandosela a la enfermera sin pensarlo un solo instante.

–por favor, cúrala –dijo Shoko en su desesperación– su flor está muy marchita ya.

–lo haré –dijo la enfermera en completa determinación– por ahora descansa por mientras, hay un hotel aquí cerca, Jiglypuff irá a buscarte una vez esté terminado.

Shoko asintió y se apoyo sobre el Kadabra, quien aceptaba lo que fuese de su entrenadora con tal de que estuviese a salvo, cargo con ella, hasta llevarla a su habitación donde él se quedaba tratando de escuchar lo que pasaba en el centro, mientras Shoko descansaba.

–y bueno si salió bien –dijo Shoko interrumpiendo su historia– terminé mis cosas en Kalos y volví junto a ella.

–y empezaste a plantar todas estas flores 

Banna se agachó notando una flor que acababa de florecer, ella sonreía satisfecha por ello, mientras Floette se posaba en su mano por un instante sonriéndole para después volver a volar alrededor del jardín una vez más.

–ella es la flor más radiante de este jardín, ella es mi querida flor –agrego Shoko con una sonrisa nostálgica–

.....

Aquí quería intentar algo para ver si intentaba esta estructura en Filosoda, no creo que lo haga y de todos modos, estoy a un poco más de la mitad del camino para terminar con lo que quería hacer aquí

Diario Pokémon  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora