Banna se despertaba tranquila notando la ausencia de Eevee bajó sus pies, en su lugar sólo un pequeño espacio vacío en el que debía estar él, ella se levantó para buscarle había salido de la habitación, en la cocina, la sala, la piscina, el jardín, no estaba en ningún lugar, Shio se había levantado por todo el alboroto que hacía ella aún tan inquieta.
–¿Qué es lo que pasó?
–Eevee no está.
–¿en su Pokebola tal vez?
Banna la sacó de su bolsillo, estaba vacía y polvorienta
–no puede haber ido tan lejos, vayamos a buscarle
–¿pero que hay del Team Skull? –dijo Banna en su nerviosismo–
–se desintegraron hace mucho, no te preocupes
Ellas salieron a buscar por todo el pueblo, las tiendas, las guarderías, incluso encontrándose con Shiho y su Decidueye en su camino de vuelta a casa
–¿dónde está Eevee? –preguntó Shiho–
–andamos buscándole
–creo que Kaudan dijo que últimamente está escuchando demasiados ruidos en las rutas últimamente, quizás ya le haya encontrado ya.
Banna observo a Shio por unos minutos decidiendo ir a buscar a Kaudan en la plaza del pueblo donde debería estar a aquellas horas.
El se encontraba allí manteniendo la vista fija sobre Eevee, se miraban fijamente los dos mientras Kaudan se le notaba marcado por los ataques de él, el Kahuna aún mantenía un semblante más firme que una montaña, recibiendo cada golpe sin sentir absolutamente nada hasta que Banna rompió la concentración de Eevee.–¿estas bien señor Kaudan? –preguntó Shio–
–ya no estoy entumecido–dijo Kaudan estirandose– qué gusta da verles
Eevee se mostraba confiado frente a Banna, queriendo entablar un combate, el Kahuna se paraba en medio de la plataforma de combate de combate donde los entrenadores que hacían el recorrido insular desafiaban a Kaudan sin descanso alguno.
Shio sacó la Pokebola de Piplup desafiando a Banna.–uno contra uno –decía Shio con un semblante serio– aún si soy menos que una novata no me dejare ganar.
Banna observo a Eevee con nerviosismo sin saber que hacer, no podía hacer nada para evitarlo solo le quedaba confiar y aprender de sus errores, ella reviso la pokedex en su bolsillo viendo los movimientos que su Eevee conocía, ojitos tiernos, ataque rápido, bostezo y cola de acero.
Dejo a Eevee ir teniendo siempre aquella información a mano, la pantalla empezaba a mostrar una gran cantidad de valores que le costaba leer, valiéndose en todo momento de cualquier ayuda que tuviese, mientras que para Shio ya era algo que resultaba de la intuición.
–ataque rápido –dijo Banna en su nerviosismo–
Eevee abrió la ofensiva mientras Banna se concentraba en los valores, los porcentajes de velocidad incrementaban a cada segundo hasta que finalmente el ataque dio con Piplup quien recibió el ataque de lleno
–¡Picotéalo Piplup! No pares
Piplup asintió dandole una serie de fuertes picotazos a Eevee, sus valores de vitalidad ese estaban reduciendo poco a poco, los daños que provocaba no eran suficiente para provocar un gran daño hasta que finalmente dio un golpe en falso que hizo que su pequeño pico se atascara en la madera de la plataforma.
Banna analizaba en un instante todas las posibilidades después de que Piplup lograse librarse y decidió cortarlas de raíz.
–¡Usa bostezo! Fallara más si está somnoliento
Eevee bostezo provocando una ligera somnolencia en Piplup quien mantenía la guardia a duras penas frente a Eevee
–¡usa esos ojitos tuyos, reduce su ofensiva!
Eevee de inmediato se paralizó en el sitio cerró sus ojos mientras Shio intentaba hacer que Piplup no se durmiese, Eevee abrió sus ojos tan dulces, haciendo que Piplup lograse relajarse.
Shio se ponía nerviosa y decidió atacar más a lo lejos.
–¡rayo burbuja!
Piplup lo lanzaba siempre hacia Eevee, él lo esquivaba una y otra vez manteniendo aquella danza tan coordinada con Banna quien empezaba a ignorar la pokedex cada vez más.
–¡dale una buena tunda ya, cola de acero!
–¡rompe el suelo mismo, Romperrocas!
Eevee se acercó a toda velocidad contra Piplup quien endurecía su ala embistiendo contra la cola de Eevee, una gran nube de polvo se levantó mientras uno de los dos se escuchaba caer, el Kahuna estaba expectante por el resultado, la nube poco a poco se bajaba las peludas orejas de Eevee se asomaban y de pronto estas empezaron a brillar, estaba cambiando, grandes lazos empezaban a formarse, el adquiría una forma más elegante y fuerte.
Caminaba hacia Banna mientras el brillo desaparecía, aquellos largos lazos envolvieron la mano de Banna haciéndole sentir una gran sensación de calma, aquel Eevee había evolucionado a un Sylveon.
Shio metió a Piplup devuelta a la Pokebola corriendo a abrazar a Banna por lo que había logrado, ella veía encantada a Sylveon tomando varias fotos de él.Banna se agachó viéndole a los ojos, encontrando en ellos al mismo pequeño zorro de antes, por cómo todo parecía no iban a cambiar demasiado las cosas.
–no podrás subirte en mi hombro ya –dijo Banna un poco apenada– supongo que extrañare eso.
A Sylveon no le importa en lo más mínimo siempre y cuando pudiese estar con ella.
Kaudan se le acercó entregándoles fos insignias hechas en madera.
–¿estas no son del…?
–están más que listas para empezarlo –dijo Kaudan– ¿están dispuestas a hacerlo?
Banna vio a Shio por unos instantes, de inmediato sabían la respuesta a ello, él levantó la ceja ante aquella mirada que tenía buscando una respuesta.
Banna se mostraba ansiosa frente aquella idea siendo sólo una extranjera a la que todo le era ajeno, ella no conocía siquiera la importancia de ese recorrido
–¿incluso si no pertenezco aquí? –preguntó Banna–
–ni te preocupes por eso –dijo él rememorando– él campeón actual ni siquiera es de por aquí.
Banna levantó su mirada decidida y aceptó la insignia dispuesta a aceptar aquel desafío tan colosal que estaba frente a ella al igual que Shio.
Las dos volvieron a casa, aún pensativa de lo que iba a pasar, Sylveon se sostenía aún de Banna ayudándole a aclarar sus pensamientos.......
Ya casi hago todo lo que quería hacer con esto, asi que supongo que solo haré un último capítulo para cerrar y ya estaría.