Mamá

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NOTA: Quiero dejar en claro que la palabra "Madre" no es ofensiva. Wei Wuxian en la novela se denomina madre y eso no es malo. Wangji llega a nombrarse de esa forma en el capítulo, pero solo para que sus hijos entiendan. De todas formas le dirán padre o papá en el resto de la historia.

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La idea de irse de su secta no ganó fuerza sino hasta que su hijo llegó con su hermana en la espalda, después de clases.

Como todos los días, los esperaba afuera del Jingshi, la comida estaba esperando en la mesa mientras él recibía a sus hijos con los brazos abiertos... pero ese día, la pequeña Lan Nianxiang iba acurrucada en la espalda de su hermano, limpiando unas lágrimas traicioneras antes de ver a su papá.

Lan Wangji casi corrió hasta sus niños, hasta que vio que Lan Yuan le miraba con una sonrisa tranquilizadora... como si el niño buscara calmar a su propio padre.

- La maestra dijo que unas niñas la habían molestado al principio de la clase – Lan Wangji tomó a la niña en brazos, quien de inmediato se abrazó a su padre – A-Xiang corrió lejos y se cayó – A-Yuan señaló la mano vendada de su hermana, así como su rodilla – Los sanadores la limpiaron –

Wangji sentía que su garganta se apretaba, pero primero estaba su pequeña familia. Besó la frente de Nianxiang y luego acarició el cabello de Yuan. Caminó a la casa y dejó a la niña sobre la cama, para después levantar sus túnicas y ver que la rodilla de su hija estaba vendada.

- Papá... - los ojos de su niña estaban llenos de reproche - ¿Es cierto que no tengo mamá porque ella no me quiere? Esas niñas dijeron que mi mamá me había abandonado... -

Las palabras lo dejaron sorprendido, una fría inquietud se asentó en su pecho. Los rumores... ella ya había escuchado de los rumores. Fue su instinto, no supo a quien más culpar, pero una furia fue lo que le siguió a esa fría sensación.

Si las niñas habían sido tan crueles como para decirle aquello... entonces los padres de ellas hablaban con más frialdad sobre su situación.

- A-Xiang... no digas eso – Lan Yuan se acercó a ella y se sentó a su lado, abrazándola – Yo creo... que mamá si nos quería –

- ¡Pero no está! ¡No tenemos mamá, gege! –

Lan Wangji se puso de pie en ese instante y retiró sus túnicas, mostró su abdomen, donde una pálida cicatriz se extendía a lo largo de su vientre. Era una línea... una que le recordaba todos los días que su pequeña había crecido en su vientre.

- A-Xiang... ¿ves esto? – la niña asintió, dejando su llanto para mirar con curiosidad la piel de su padre – Tú y A-Yuan... crecieron aquí – posó su palma en la parte baja de su abdomen – Yo les di a luz... a los dos... yo soy su mamá –

Eran tan solo unos niños, muy pequeños para cuestionar si quiera esa extraña afirmación. Así que solo se quedaron mirando a su padre, quien con esos ojos dorados jamás se atrevería a mentirles.

- ¿Mamá? –

- Mn –

- Pero gege y yo te decimos papá... -

- Y eso está bien –

Lan Wangji acomodó sus túnicas mientras los niños estaban en la mesa comiendo. Como era costumbre con ellos, A-Yuan le contaba a A-Xiang sus aventuras en Caiyi, donde habían visitado uno de los canales.

Y ella sonreía... Y esa sonrisa le daba miedo a Hanguang-Jun. Porque era la sonrisa de Wei Ying.

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Los Hijos de Hanguang-Jun. Cultivación Oscura (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora