Lo correcto

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- Líder de secta – la voz del cultivador que llegaba agitado al Hanshi le indicó que se trataba de malas noticias – Hanguang-Jun no está –

Zewu-Jun y Lan Qiren se pusieron de pie, mirándose el uno al otro. Era de mañana y no tenían que dar clases ni deberes pendientes, tomaban el té. Sabían que Wangji no iría con ellos tan temprano, ya que cocinaba él mismo para los niños y no les incomodaba con romper las reglas.

- ¿Cómo que mi sobrino no está? – preguntó Qiren – Explica con claridad –

- íbamos de camino al Jingshi para darle a Hanguang-Jun una carta – dijo el hombre, todos supieron de inmediato a cuál carta se refería – Cuando llegamos llamamos a la puerta de Hanguang-Jun, pero él no contestaba –

Lan Xichen - Intentaron llamar de nuevo, supongo –

- Lo hicimos, líder, incluso... tuve el atrevimiento de ver por una de las ventanas y... no hay nada. Parece como si la habitación fuese de invitados, está limpia –

- Wangji es muy ordenado, de seguro está... en Caiyi aún, con los niños, Wangji siempre se va con los niños temprano –

- Uno de mis compañeros fue a preguntar, para dejar la carta en algún lado seguro, pero nadie vio salir a Hanguang-Jun –

Lan Qiren, quien era el único que sabía que su sobrino tenía ideas de sacar a sus niños del clan tomó su espada.

- Iré al pueblo, en caso de que hubiese pasado la noche allá – Xichen asintió, para también caminar a la salida – Xichen, quizás en esta ocasión sería bueno que te quedaras en casa, Lianfang-Zun –

- Claro tío – el líder Lan miró al discípulo, que esperaba sus órdenes – ve con otros cinco hombres a buscar por La Profundidad de las Nubes, Wangji quizás y esté jugando con los niños –

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Lan Wangji terminó de guardar sus túnicas blancas en el baúl que escondió bajo la tabla falsa del piso. Su hijo estaba acostumbrado a levantarse a las cinco como él, pero a su hija le costaba un poco más de trabajo.

- Papá... - la voz adormilada de Lan Yuan le hizo voltear con una sonrisa – ¿Vamos a tener clases hoy? –

- No, vuelve a dormir – A-Yuan asintió y se acurrucó más con el peluche de conejo que tenía, lo que le recordó a Wangji que tenía que arreglar el patio de la casita.

La casa se la había comprado a unos viejos granjeros que se mudaron con sus hijos a la ciudad, a Yunmeng. Estaba destrozada, el techo casi se caía y algunos muros apenas y estaban de pie, pero estaba lo suficientemente alejada para huir de su clan, y lo suficientemente cerca de una ciudad con cultivadores reconocidos para no perderse las noticias.

Caminó por el patio y quitó ramas muertas, papeles y madera tirados, los conejos estaban en la casa, durmiendo en la cama a los pies de su hija. Tomó sus herramientas y comenzó a limpiar su jardín. Una parte estaba destinada para cultivar sus vegetales, y la otra podría servirle para cuidar a sus conejos y, por qué no, tal vez algo de ganado.

Se sentía tranquilo, en su mente, esa era la decisión correcta. Sabía que tenía que decirle a su tío, sobre todo si deseaba que él... aun visitara a sus hijos. Pero su hermano no era una opción. Todos sabían que Zewu-Jun y Lianfang-Zun compartían una amistad llena de confianza, si le decía a su hermano... entonces él también sabría de su ubicación.

Una manita pequeña lo tomó de sus túnicas ahora rojas.

- Papá... - era su hija, tallándose un ojo con su mano - ¿Sabes en donde está mi cinta? A-Yuan tampoco encuentra la suya –

Los Hijos de Hanguang-Jun. Cultivación Oscura (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora