05. Jake Shim.

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—54, 55, 56... —contaba con los ojos cerrados y sus palmas juntas frente a su nariz. Sus dos codos estaban recargados en su mesa de madera de pino color marrón situada justo a un lado de su ventana apretando las cortinas grises.

Eran las 03:00 A.M, ya no había nadie despierto en su casa, ni siquiera su padre que solía trabajar hasta tarde con dos tazas de café bien cargadas tecleando fórmulas y trazos en su ordenador estaba despierto.

En sus auriculares sonaba en su máxima capacidad Happy Little Pill. Practicó por 19 veces seguidas contar hasta cien y poder deshacer la pena en su interior, maldijo el nombre de Park JongSeong en 4 ocasiones y quemó un papel con las palabras: rabia, enojo, frustración, decepción, ira. Nada de eso fue de ayuda en lo absoluto.

Shim Jake era un chico más emocional de lo que parecía por sus atuendos, su actitud en público o la discreción con la que caminaba por los pasillos y desaparecía como los objetos en la distancia.

¿Distancia? Distancia fue la que marcó Park SungHoon al dar pasos inestables hasta perderse. Park SungHoon, la última esperanza de Jake, la última persona a la que podría acercarse sin temer. En serio quería y necesitaba rehacer su vida social en el instituto luego del dichoso incidente que manchó con los tonos más despreciables su reputación. Durante los últimos años, Jake fue más solitario de lo que era en sus años de secundaria, pero tenía amigos y compañeros que lo apreciaban.

Llegó después de todo al número cien, pero nada cambió, aún tenía ganas de llorar, acto que no cometería, nadie tenía derecho de influir de forma tan negativa sobre sus emociones.

Decía antes que su canción cambiara a una más sentimental que él mismo y soltó la frustración a través del llanto.

Cuando dejó de escuchar la música, a pesar de tenerla a todo volumen y dejar de sentir sus piernas, aunque estaban adoloridas después de caminar desde el instituto hasta su casa, cerró sus ojos y cayó en un sueño profundo con su frente recargada sobre su escritorio. No supo nada más hasta despertar dos horas y media después por el sonido de una alarma que aturdió su cabeza en cuanto abrió sus ojos. Estiró su brazo hasta poder tomar su celular y apagarla con toda la molestia matutina que cualquier persona tendría en su situación.

Prometió estar bajo los nogales del instituto, pero comenzó a sospechar que quizás no lo haría, no quería darle la cara a SungHoon luego de no haber podido articular palabras de manera correcta esos minutos en el callejón. Pudo haber asumido tantas cosas erróneas.

Cerró sus ojos sin poder dormir de nuevo. Diez minutos después saltó de la silla al escuchar los pasos de su madre en el pasillo. Notó que ni siquiera se había cambiado, su cama estaba tendida en su totalidad y su celular descargado, si es que ella ingresaba a ese santuario de la flojera, notaría de inmediato que se había quedado (de nuevo) dormido en el escritorio como aquella veces que se desvelaba por idioteces.

Su cuello y espalda comenzaron a doler, la medida fue aumentando hasta que soltó un gemido de dolor. Debió haber supuesto que sufriría una contractura luego de pasar más de dos horas en la misma posición incómoda para su cuerpo.

Escuchó dos toques de puño en su puerta.

—¿Estás bien? —Jake corrió a la cama con todo el peso de sus acciones negativas y aquellas que no cometió el día anterior sobre su cuello. Se metió debajo de las cobijas y cubrió su cuerpo hasta la barbilla dejando solo la parte superior de su rostro fuera de ella— Te escuché gritar —En un santiamén, una mujer pelirroja con cabello corto y flequillo ingresó a la habitación con una taza de té negro en su mano izquierda, ingresó a la habitación. Tenía puesto un vestido peplum blanco cubierto por un saco negro y unas zapatillas rojas, estaba casi lista para partir al trabajo, aún faltaba su maquillaje, aunque su loción recorrió todos los rincones del apartamento por los que había caminado—. ¿Qué tal va tu contusión de la costilla? ¿Has usado el hielo como lo recomendó el médico?

Midnight 𝗠𝗶𝘀𝘁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora