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Kaya.

—Buenos días, señora Torres. —escucho desde el piso de abajo la voz de un hombre y sé que Tony ya está aquí y mi madre lo está agobiando con cosas que a nadie le interesan.

Me apresuro a peinarme para salvar a mi amigo del momento incómodo que está pasando. Tomo mi bolso y bajo las escaleras. Ahí está él, vestido tan informal como siempre intentando ser cortés con mi madre, quien lo mira como si fuese su propio hijo. Sé que en cualquier momento podría explotar y decirle a mi madre que no quiere hablar más, Tony no es una persona paciente y a ella le encanta acosar a mis amigos porque no tiene propios.

Al llegar a su lado deposito un beso en su mejilla y tomo su mano, entrelazando nuestros dedos. Salimos de la casa sin despedirnos de mi madre e ignorando que me llama a gritos desde la sala. Mi amigo niega con la cabeza de forma desaprobatoria pero se ríe como si fuera algo divertido de verdad.

Tony se suelta de mi mano y me ofrece un casco para que me lo ponga. Acepto sin dudarlo y él hace lo mismo mientras me mira.

—¿Tengo algo en la cara? —pregunto divertida.

—No, lo que pasa es que hoy estás muy fea. —responde con una sonrisa.

Lo miro mal y le doy un golpe en el hombro, él solo se ríe. Mi amigo se sube a su moto y yo me subo enseguida en la parte de atrás. La enciende y empieza a manejar por las calles transcurridas. Mis escuálidos brazos rodean su abdomen y así es todo el camino, con el aire frío de la mañana dando de golpe en mi cara y la emoción de la velocidad en mis venas.

Recuerdo la primera vez que me subí con él a su primera moto, estaba asustada y en verdad me tuvo que obligar a hacerlo, amenazándome con aplicar la ley del hielo. En ese momento me parecía bastante serio y lo hice porque Anthony y yo somos amigos desde que usamos pañales e incluso desde antes y no me creía capaz de vivir sin él. Ni en ese entonces, ni ahora ni nunca.

Aunque a él le gusta la velocidad y vivir como si fuera el último día, yo no me atrevería a hacer lo que él hace, manejar por tantas curvas, pasar entre los autos que van a gran velocidad. Pero de tanto tiempo que paso con él me he acostumbrado a todo, incluso a la idea de que algún día puedo morir estando con él.

Menos de veinte minutos después llegamos a la escuela y es lo mismo de siempre. Todas las mujeres que están cerca observan a Anthony como si fuera un dios pero es como cualquier otro chico de la escuela. Exceptuando tal vez el hecho de que es capitán del equipo de Basketball y la persona más popular de todo el lugar.

Me río de las chicas que lo observan pensando que algún día tienen una oportunidad con él. Me quito el caso y se lo doy a Tony al tiempo que camino hacia la entrada del colegio, donde están mis amigas riendo de algo que no logro escuchar. Las saludo como cualquier otro día y Tony imita mi acción cuando llega a nosotras.

—¿Qué tal su fin de semana? —pregunta Allison caminando hacia el salón.

Todos tratamos de seguirle el paso pero camina como si la estuvieran persiguiendo y necesitase escapar. Es un poco molesto pero todos sabemos que aunque lo intente no puede caminar más lento, es simplemente su forma de hacerlo.

—Aburrido. —se queja Lily.

—Yo la pase bien. —comenta Tony. —Imagínate la fiesta más grande del mundo. Yo estuve ahí. —dice orgulloso.

—Ya, seguro. —se burla Alai.

—¡Tengo pruebas!

—Muéstranos. —pide Alli.

Tony comienza a buscar en los bolsillos de su pantalón, de parecer relajado pasa a estar completamente sorprendido y desesperado tratando de encontrar su teléfono en las bolsas de su pantalón. También lo busca en su mochila pero es seguro que ya lo perdió

No puedo evitar soltar una leve carcajada cuando me mira preocupado.

—No está. —comenta en un susurro.

Mis amigas se ríen de sus desgracias y él las fulmina con la mirada.

—No se rían. —dice simulando estar molesto. —¡No puedo creerlo, es el tercero en menos de dos meses! —dice demasiado alto. Nosotras reímos aún más.

Llegamos al salón y Allison sigue haciendo preguntas y contándonos cosas divertidas. Yo no hablo mucho pero me divierte estar con ellas, a veces se les ocurren demasiadas cosas que están fuera de este mundo.

Miro a Tony y nuestros ojos se encuentran. Me lanza un guiño y aparta la mirada. Yo solo me rio, él sabe que soy inmune a sus "encantos."

Anthony.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora