9.

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Kaya.

—¿Quieres quedarte a ver una película? —pregunto a Tony.

Hace un rato que estamos en la cocina de mi casa intentando de todo para quitarnos la maldita e insoportable resaca. Tenemos todas las luces apagadas y las cortinas cerradas. También intentamos hacer el menor ruido posible y no hablar a menos que sea necesario.

Él asiente lentamente con la cabeza y juntos vamos hacia mi habitación. Tal vez ver una película no sea la mejor opción pero no quiero que Tony se vaya, hoy no quiero estar sola y él siempre será mi mejor compañía.

Entramos a Netflix desde mi televisión y le entrego el control para que escoja la película. Mientras observa la pantalla se va sentando en la cama a mi lado, muy cerca. Dejo de prestar atención a lo que hace y me concentro en él, he visto a muchos hombres guapos pero él se lleva el primer lugar por mucho. Sobre todo por su hermosa sonrisa de dientes blancos y alineados.

—¿Terminaste de admirarme? —pregunta mirándome. Sus ojos cafés en los míos verdes.

—No. Nunca terminaré de hacerlo. —comento en un susurro.

Él sonríe. Se acerca y me besa. Sus labios rozan los míos con delicadeza mientras una de sus manos toma mi cabeza y me acerca más a él, profundizando el beso.

—¿Del uno al diez cuánto deseas esto? —pregunta con la respiración agitada mientras se separa de mí.

—Veinte. —sonrío.

Es como si mágicamente la resaca hubiera desaparecido, ahora solo quiero estar con Tony y espero que él lo quiera tanto como yo.

—Te propongo algo. —no digo nada, solo espero a que continúe. —Ya que ninguno está en busca de una relación seria y esto es muy divertido, seamos amigos con derechos.

Lo pienso por un segundo pero en verdad no hay mucho que pensar. A mí también me parece divertido esto que hacemos, desde la primera vez que lo hicimos. Ninguna de mis amigas lo sabe pero ha pasado más veces de las que imaginan y la primera pasó a los dieciséis.

—De acuerdo. —digo antes de besarlo de nuevo.

—Entonces cerremos el trato adecuadamente.

Con cuidado se va moviendo de tal forma que yo quedo recostada en la cama y él queda sobre mi. Se acerca y me da un corto beso en los labios, luego en la mejilla y después baja por mi cuello hasta la clavícula.

Un escalofrío recorre mi cuerpo y él sonríe al ver lo que provoca en mi. Le gusta tener el control en estas situaciones así que, para hacerlo más divertido, le doy vuelta al asunto, quedando sobre él.

Con mis manos busco la orilla de su playera y comienzo a levantarla lentamente. Recorro cada parte de su abdomen marcado y puedo notar que se estremece bajo mi tacto y sonrío complacida.

Entre besos y caricias la ropa desaparece y nuestros cuerpos rozan en la oscuridad, provocando un montón de sensaciones inexplicables y placenteras. Nuestras respiraciones agitadas y gemidos son lo único que se escucha durante minutos hasta que ambos llegamos al clímax.

Tony se acuesta a mi lado con los ojos cerrados y la frente perlada de sudor. Se ve increíblemente atractivo de esta forma y puedo asegurar que tendré esa imagen grabada en la mente de por vida.

—Cántame algo. —susurro.

Él sonríe y comienza a cantar. Reconozco la letra de Vibes una canción de Chase Atlantic. Él sabe que es mi banda favorita en todo el mundo.

Mis ojos comienzan a cerrarse mientras me acerco más a él, recargo mi cabeza en su pecho y puedo escuchar los latidos de su corazón, en ritmo.

Cuando termina de cantar, y con la poca energía que me queda, le llamo para atraer su atención.

—Tony. —digo canturreando por segunda vez.

—¿Qué pasa?

—Prométeme que no te vas a enamorar de mí.

—Ay, Kaya, eso nunca va a pasar. —dice y me besa la coronilla.

Sonrío satisfecha y me duermo.

Cuando despierto es porque Tony ya no está a mi lado. No quiero abrir los ojos así que comienzo a buscar con la mano el cuerpo de Anthony por toda la cama pero es inútil, es obvio que él ya no está aquí. Antes de abrir los ojos escucho su melodiosa voz proveniente del pasillo.

—Lo siento. —dice con diversión. —Que si, no te preocupes.

La curiosidad me está matando y es la segunda vez que Tony me deja en la cama, con la única diferencia de que esta vez no me dejó con las ganas. Seguramente esta vez es por la misma razón: una "amiga" o una cosa así.

—¿Qué quieres a cambio? —continuo escuchando. —Bien, Allison, tendré una cita contigo.

Ya no escucho nada y Anthony no regresa, lo que me dice que ya se ha ido y volver no está en sus planes. Por fin me levanto de la cama, me pongo un blusón largo para bajar y hacerme algo de comer.

Regreso a mi cuarto y aprovecho que la tele está prendida para poner una película romántica. No me gustan pero me mantienen entretenida, es muy divertido reírse de lo ingenuas que pueden llegar a ser las protagonistas. Aunque los hombres tampoco se quedan atrás.

A la mitad de la película mi celular vibra en señal de que tengo un mensaje. Es de Tony y dice lo siento seguido de veinte caritas tristes. No contesto, apago el celular y regreso mi vista a la pantalla en el justo cuando los protagonistas se están besando.



Anthony.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora