5.

45 0 0
                                    

Kaya.

Luego de bailar por mucho tiempo con Allison, me junto con Tony y me olvido de las demás. Él y yo estamos más ebrios que cualquiera en la fiesta, hicimos una clase de competencia para ver quien aguantaba más porque ambos tenemos buena resistencia al alcohol y le gané por un shot. Estoy segura de que nadie en su vida aguantaría lo que él y yo.

Ambos caminamos y bailamos evitando encontrar a las demás. No es que no me agraden pero prefiero no estar cerca de ellas cuando toman, sobre todo de Lily. Que sea la más borracha no significa que sepa controlarlo y se le sube muy rápido, dice demasiadas cosas ilógicas, intenta muchas cosas que estoy segura no son posibles de hacer y para que hablar de cuando ya no puede más. Muchas fiestas me han enseñado eso.

En algunos momentos veo a Alai sola en la cocina pero no me acerco, la estoy pasando muy bien con Tony así que en mi lugar mando a un chico extraño de facciones finas y con ojos verdes. Él va encantado y siento que he hecho mi buena acción del año.

Quien definitivamente está perdida por ahí es Allison. Cuando nos separamos ella se fue muy lejos y seguramente ya está en el cuarto de alguien con un desconocido. Me pregunto si no se aburrirá de solo tener sexo con cualquier cosa que respire.

Anthony y yo subimos las escaleras, no soy muy consciente de lo que está pasando pero tampoco voy a preguntarle porque no sé si él sepa lo que está pasando o esté en el mismo trance que yo gracias al vodka. Tampoco quiero arruinar el momento.

Él y yo entramos a un cuarto y cerramos la puerta detrás de nosotros. Es extraño estar tan cerca con él y no entiendo por qué. He estado en esta situación muchas veces, incluso han pasado algunas cosas importantes pero nunca había sentido la tensión que hay en el ambiente en este instante.

—¿Ahora qué? —pregunta confundido.

Simplemente me encojo de hombros mientras lo observo detenidamente. Es demasiado guapo, hasta la persona más ciega del mundo lo notaria. Me encanta su nariz fina, sus ojos cafés que transmiten todo lo que está sintiendo, me gusta como peina su pelo y su sonrisa blanca como perlas. Pero definitivamente lo que más me gusta de Tony son sus labios, y ahora tengo ganas de besarle.

Lentamente me acerco y presiono mis labios contra los suyos. No es la primera vez que lo beso y dudo mucho que sea la última y estoy completamente segura de que no quiero que sea la última, su forma de besar es simplemente inigualable. Anthony sabe como hacer que pierdas la cabeza.

Sus manos viajan a mi cintura y las mías se quedan en su pecho. Lentamente él me va empujando mientras camina hasta que mis piernas tocan la cama y me empuja hacia a ella, siempre con cuidado de no herirme. Nos separamos por un momento y me mira a los ojos como preguntándome si esto es lo que quiero. No respondo con palabras, en su lugar lo vuelvo a besar.

Me deshago de su playera y el casi de mi falda sino fuera porque alguien irrumpe en la habitación. Antes de que él pueda voltear para ver quién es tomo su rostro entre mis manos y lo vuelvo a besar, cierro los ojos y espero a que esa persona se vaya para poder continuar con lo nuestro. Y tal como lo esperaba, la persona se va. Sin embargo Tony se separa y se endereza.

—¿Qué pasa? —pregunto confundida.

—Lo siento, Kaya, no puedo hacer esto. No aquí. —responde mientras se pone la playera. Me lanza una mirada de pena antes de salir del cuarto.

Me quedo mirando la puerta como retrasada esperando que vuelva pero el cabrón se ha ido y es muy poco probable que vuelva. Me siento en la cama en posición de indio a pensar en lo que acaba de pasar, es obvio que el efecto del alcohol se fue tan rápido como vino y eso me facilita las cosas.

Estuve a punto de tener sexo con Tony y él se fue porque "no podía hacerlo aquí." Cualquier chica estaría llorando desconsolada por ese comportamiento tan rudo pero yo no soy cualquier chica y estoy acostumbrada a esto. Sé como es Tony y esto no me sorprende en lo más mínimo.

Mientras divago cada vez más, la puerta vuelve a abrirse y un chico alto, moreno y no tan feo se asoma para ver si hay alguien. Me mira sorprendido y puedo ver sus intenciones de acercarse pero antes de que pueda hacerlo, hablo.

—Si no quieres una costilla rota vete de aquí. —amenazo en tono frío.

No hace falta decir más para que se marche.

Mucho tiempo después, en el que no he salido de la habitación y he corrido a muchos con intenciones de acercarse a mí, la puerta se vuelve a abrir. Estoy dispuesta a levantarme y golpear a quien se asome pero me retracto en cuanto veo quién es. Aunque merece un golpe bien dado prefiero ahorrármelo para cuando no se lo espere.

—¿Qué haces aquí? —pregunto con molestia.

—Vengo a disculparme.

—Si, como sea. Perdonado. Ahora vete, Tony.

—Oh, vamos, Kaya. —dice entrando y abrazándome. No soy una persona a la que le gusten este tipo de demostraciones de amor pero los abrazos de este tipo son lo mejor que he conocido en mi vida.

Al principio me niego pero luego no puedo más y le regreso el abrazo. Sé que está sonriendo y que siente que ya ganó pero no va a ser tan fácil. Es entonces cuando lo golpeo.

—¡Au! —se queja y se aparta para sobarse.

—Te lo merecías, maldito. —digo señalándolo con el dedo.

Me mira divertido y se vuelve a acercar. Esta vez no hay abrazo pero si un beso. Podría pasarme la vida entera besando a este hombre. Caminamos a la cama mientras los besos apasionados siguen y la ropa desaparece poco a poco.

Hay muchas cosas de las cuales nunca me cansaré, Tony es una de ellas.


Anthony.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora