Cap. 5

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Pasaron las semanas, y por suerte no me volví a encontrar a Dean. Me había contenido aquel día en el restaurante, pero si me lo encontraba otra vez, ardería Troya. Estaba conduciendo hacia casa de Christie y James, ya que celebraban una cena para estrenar su nuevo piso. Aparqué y me dirigí a la portería que me dijo. Me abrió y subí con el ascensor hasta el tercer piso. Cuando llegué, me dirigí a la tercera puerta y piqué. Y a los segundos Christie me abrió y me fulminó con la mirada al ver mis manos.

- ¿Qué es eso? 

- Pues una botella de vino, y algo más de beber-dije tendiéndole una bolsa-. Y esto es el postre.

- Te perdono por haberme hecho un brownie -dijo riendo después de mirar dentro de la bolsa-. Pasa, anda.

Entré y Luca no tardó en aparecer y ofrecerme una copa de vino. Estuve hablando con James, poniéndonos al día mutuamente, cuando picaron a la puerta. Algo se estremeció dentro de mi. Miré a mi alrededor, analizando las personas. Hasta que la puerta se abrió y su voz terminó de romperme por dentro.

- Siento llegar tarde, pero se han complicado las cosas en el trabajo y...-se calló al entrar en el comedor y verme. Frunció el ceño y terminó su frase-...y el trafico está fatal.

- ¿Tú también traes vino? -le preguntó Christie, y Dean simplemente asintió levantando la bolsa.

En los cinco minutos que llevaba ahí, no me había quitado la vista de encima. Se sentó al lado de James, y yo me levanté y fui a la cocina.

- La cena estará lista en dos minutos -dijo cerrando el horno.

- No me habías dicho lo de Dean.

- ¿Si te lo hubiera dicho habrías venido?

- Por supuesto que no.

- Pues ya sabes porqué no te lo dije -dijo sonriendo y me tendió los platos y los cubiertos-. ¿Me haces el favor de comportarte y poner la mesa?

Asentí con la mejor de mis sonrisas, y salí al comedor para preparar la mesa. Después, volví a por el vino. Se sentaron todos, y yo me senté al lado de Sarah, y Dean frente mio, junto a Luca. En las puntas Christie y James.

Estábamos comiendo y no paraban de hablar todos, Dean el que más. Yo me limitaba a sonreír o a contestar cosas puntuales. 

- Y dime Kate, ¿qué ha sido de ti este último año? -preguntó Dean a la vez que me iba a meter un trozo de carne en la boca. Bajé el tenedor y le miré.

- Nada nuevo -dije encogiéndome de hombros.

- ¿Un año fuera y no tienes nada nuevo que contar? -reí ante su pregunta.

- Tal vez el que sí tenga algo nuevo que contar seas tú.

Nuestras miradas chocaron, y se creó un silencio abrumador. Todas las miradas estaban posadas en nosotros, hasta que Christie habló.

- Bien, hora del postre. James, cariño, ¿me ayudas?

- Por supuesto.

Los dos se levantaron y empezaron a recoger la mesa. Yo me terminé el poco vino que quedaba en mi copa.

- ¿Quieres más? -me preguntó Dean levantando la botella de vino.

- No, gracias.

Dean sonrió de lado y sirvió vino a todos, incluida yo. Sabía de sobras que por mucho que le hubiera dicho que no, era un sí.

Terminamos de tomar el postre y Christie sirvió café. Seguíamos hablando, esta vez sentados en el sofá, menos yo, que acerqué una silla y la coloqué delante de ellos. Cuando la conversación llegó a un silencio no incomodo, Dean volvió a preguntarme.

- Kate, ¿enserio que has estado un año fuera y no tienes nada nuevo que contar?

- ¿Exactamente qué quieres que diga?

- No lo sé, alguna novedad o algo.

Miré a Christie, la cual miraba a Dean, el cual me miraba a mi. Suspiré.

- Como te he dicho antes, tal vez eres tú el que tiene algo nuevo que contar.

- Yo no, ya lo he contado todo. ¿Qué tal en el amor?

Directo al grano, como siempre, pensé.

- Te podría hacer la misma pregunta. ¿Qué tal está Brenda? Oh, ¿y Amaia?

- ¿De qué...?

- ¿Y Zorahida, Úrsula, Lindsay, Megan...? -decía a la vez que levantaba los dedos de las manos-. Creo que me faltan dedos.

Todos estaban con los ojos completamente abiertos, y sus cabezas se movían de Dean a mi, y de mi a Dean, como si de un partido de tenis se tratase.

- ¿Y Steve? ¿Qué tal está él?

- Oh, no sé, si quieres te lo digo cuando me lo tire.

- ¿Qué? -dijo incrédulo.

- ¿Ahora eres sordo?

- ¿Tú y Steve... nada? -dijo levantándose del sofá.

- Nada. No como tú, Dean, que por lo que veo, no has perdido el tiempo. ¿Y luego quieres que sea yo la mala por dejarte tirada en el altar? -dije levantándome de la silla, alterada.

- Creía que tú y Steve...

- Pues creías mal. He estado este ultimo año acordándome todos los putos días de ti, sintiéndome mal por desaparecer sin darte una explicación y sin hablar contigo antes de pensar nada. Ya tienes la respuesta, eso es lo que ha sido de mi este ultimo año.

- ¿Tienes palomitas? -escuché decir a Luca. Le lancé una mirada asesina, y él simplemente sonrió-. Vosotros seguid a lo vuestro.

Rodé los ojos y escuché a Dean carraspear. Le miré y suspiró.

- ¿Y por qué no volviste? Te estuve esperando todos los días durante un mes. 

- Porque no podía.

- Excusas -dijo colocándose delante mio-. Y yo que pensaba que eras diferente... Creía que teníamos algo especial.

- No me puedo creer que tú, especialmente tú, me estés diciendo esto -dije negando con mi cabeza.

- Pues creértelo. Lo que me mató no fue el que me dejaras plantado, fue que desaparecieras sin dar explicaciones. La gente cambia, Kate.

- ¿Quieres saber algo? De las mas horribles formas de matarme, escogí la peor: me enamore de ti -solté sin pensar. Dean parpadeó varias veces, y sus labios formaron una fina linea.

Mierda, debería pensar las cosas antes de decirlas. Le miré, sin saber qué decir.

- Yo...

Iba a decirme algo cuando su móvil sonó. Descolgó sin dejar de mirarme.

- ¿Qué quieres? ¿Ahora? Está bien. Pero no te acostumbres a ello, Will -después, colgó, y se giró para mirar a James y Christie-. Me tengo que ir. Ya nos veremos.

Se despidió de todos, menos de mi. Cuando salió de casa de Christie, me dejé caer en la silla. Mierda, ¿qué había dicho? Si es que soy una bocazas. Miré hacia arriba, para no llorar. Ya había llorado suficiente durante un año como para volver a recaer. Respiré varias veces y miré al frente. Todas las miradas estaban puestas en mi, y yo me limité a encogerme de hombros. James le dijo algo al oído a Christie, y esta asintió. Se levantó y se acercó a mi. Me dio un beso en la cabeza y luego me sonrió.

- Eres más fuerte de lo que te crees y nos haces creer a todos, Kate. Así que sonríe, por muy difícil que sea -le dediqué una débil sonrisa y luego miró hacia el sofá-. Esto requiere una noche de chicas, así que yo me voy con Dean. Sed buenos todos.

Se acercó a Christie y le dio un beso. Después, salió de casa. Luca se levantó y fue a la cocina, y al volver traía en la mano una botella de tequila y en la otra los vasitos.

- ¿Quien se apunta? -dijo sonriendo.

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