Cap. 23

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El despertador sonó, y lo apagué de mala gana. Quería seguir durmiendo, y más después de la noche tan movidita que tuve. Me incorporé y me desperecé. Decidí darme una ducha rápida, y no demorarme mucho en elegir la ropa, así que opté por unos shorts de tiro alto y una camisa sin mangas. Me preparé las cosas y salí de casa para dirigirme al trabajo.

Al llegar, Christie se me había adelantado y había abierto por mí. Entré y la vi arreglando unos papeles.

- Buenos días –dije mirándola-. Me sorprende verte trabajar ya.

- La semana que viene es la última antes de cerrar por vacaciones, así que quería dejarlo todo preparado –se giró y me encasquetó un montón de papeles-. Esto es para ti.

- ¿Qué es?

- Son sesiones, fotografías que tienes que terminar y las que se tienen que llevar y recoger –después se sentó en su mesa y me sonrió-. Yo me encargaré de la contabilidad, tranquila.

- Gracias.

Entré en mi despacho y dejé todos los papeles que me dio encima de la mesa. Después, empecé a ojearlos uno por uno. Pero no llegué a terminar de ojearlos, ya que la bombilla se me encendió. Me levanté de la silla, cogí mi bolso de nuevo y salí de mi despacho.

- ¿A dónde vas? –preguntó Christie.

- Tengo que hacer un recado, no tardo.

[...]

Entré en la comisaría y vi a Steve con su equipo. Me acerqué, y todos me saludaron. Después, solo nos quedamos Danny, Steve y yo.

- He de reconocer que echaba de menos tus visitas. Aunque espero que vuelvas a sacar de quicio a esos dos –dijo señalando con el dedo y riendo, después me abrazó.

- ¿A qué se debe tu visita? –cuando me separé de Danny miré a Steve.

- Tenemos que hablar, ¿recuerdas?

- Cuando eso sale de tu boca no significa buenas cosas.

- La verdad, no sé cómo tomarme eso.

- Creo que como un cumplido –susurró Danny, y yo sonreí.

- La charla va a tener que esperar. Tengo un caso importante y ahora nos íbamos a ir.

- Pero es importante Steve.

- ¿Puede esperar? El caso también es importante.

Asentí y suspiré.

- Vaya, vaya. Pero que ven mis ojos –me giré al escuchar esa voz y mis ojos se abrieron como platos-. Kate Hale.

- ¿Marcel? –pregunté sin podérmelo creer-. ¿Qué haces aquí? –sonreí abrazándole.

- Te presento a nuestro nuevo miembro en el equipo –respondió Steve.

- Dios mío, qué alegría verte –dije abrazándole de nuevo.

- Sé que me amas, pero quedamos en no hacerlo público –rió.

- Steve, tenemos que irnos ya –dijo Danny.

- Sí. Kate, dejamos la charla para luego.

- No te preocupes por eso –murmuré mirando a Marcel mientras una idea me venía a la cabeza.

- Te dejo en buenas manos –rió Steve dándole una palmada a Marcel en el hombro.

- ¡Ves con cuidado!

Steve y Danny salieron de la comisaria con el resto del equipo, y Marcel me llevó a su pequeña cueva. Al entrar, él se sentó en su silla mientras yo le observaba.

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