Llegué a casa y dejé el material del trabajo. Mi móvil sonó, así que lo saqué de mi pantalón para ver qué era.
>>Christie, 15:56: Quedamos a las cuatro y media en la tienda.
Kate, 15:56: Perfecto.
Christie, 15:57: Serás una modelo preciosa.
Kate, 15:57: ¿Modelo? ¿De qué estás hablando?
Christie, 15:57: Tú te probarás los vestidos. Nos vemos luego, te quierooo.
Kate, 15:58: Yo a ti te mato.<<
Resoplé y cogí mi bolso de nuevo. Bajé a la panadería de abajo y me compré un cruasán de jamón y queso. Después, paré un taxi y le di la dirección de la tienda.
Mi pesadilla no había hecho más que empezar.
[...]
- Bien, ¿habéis elegido los vestidos? –preguntó Christie, y nosotras asentimos-. Pues vamos a los probadores.
Nos dirigimos a los probadores, y la dependienta me indicó uno gigante. Entré y me ayudó a colgar todos los vestidos. Madre mía, ese probador era más grande que mi piso.
Fijé mi vista en los vestidos. Los miré horrorizada y salí del probador para mirarlas.
- ¿Estáis locas? –pregunté.
- ¿Qué pasa cariño? –preguntó mi madre.
- ¿Que qué pasa? ¡Ahí hay más de cinco vestidos! –señalé el probador.
- Somos muy indecisas –suspiró Christie-. Ahora pruébate el primero, ¡vamos!
- Os odio –murmuré.
Me metí en el probador y cerré la cortina de mala gana. Miré todos esos vestidos, y me até el pelo en una coleta. Esto iba para largo.
- Este no me gusta –dijo Hilary.
- A mí no me desagrada –comentó mi madre.
- A mí, bueno... –me miró Christie de arriba a abajo y luego a la dependienta-. ¿Tenéis mas colores?
- No, el rosa palo es el único que tenemos.
- Bueno, ese cuélgalo en la parte de posibles.
- Sí señora –dije metiéndome de nuevo en el probador.
Miré el próximo vestido cuando empezaron a hablar, y yo las escuché atentamente.
- Estaba preciosa en todos esos vestidos –comentó Hilary.
- Sí, pero tenemos que elegir uno –añadió Christie-, no pueden ir con un vestido de cada las damas de honor.
- Lo que se está perdiendo Dean –soltó mi madre, y yo fruncí el ceño-. Con la buena pareja que hacían...
- Lo arreglarán –consoló Hilary a mi madre.
- Eso espero, porque a este paso... –suspiró Christie.
- ¡Eh! –grité abriendo la cortina de golpe-. Que os estoy escuchando.
- ¿Sí? Pues mejor –bufó Christie.
- Chris...
- Cariño –me cortó mi madre-, ¿por qué no lo arregláis?
- Porque las cosas no se arreglan con cuatro palabras.
- Pues añádele el polvo –sugirió Christie.
- ¿Por qué no te metes la lengua en el culo? –escupí molesta.
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You are what I need
ActionDicen que después de la tempestad viene la calma. Pero no siempre es así... Después de estar un año separados, Kate decide volver a su hogar. Odia a Dean, pero todavía odia más el hecho de que sigue queriéndole. Cada uno sigue con sus vidas por sep...