Aquel día Moon no llamó un taxi que la llevase a casa. Llevaba unos jeans, camisa blanca y saco, el último llevaba en el brazo mientras caminaba lentamente por las calles.
Por supuesto que era observada, algunas personas tomaban fotos y otras solo murmuraban... ¿Que más da?
El día anterior y este se sentian como parte del verso de reprimenda de una elaborada carta enviada por las desiciones del pasado.
Pero se sentia bien... Caminar mientras sonreía ante la ironía de finalmente haber aclarado su corazón tras lo que parecían muchos años de una cortina que ella mismam puso para preservar su integridad; y el cielo detrás de esta, aunque gris, era hermoso.Veía su miedo cubriendo el sol, aunque este era realmente brillante y hermoso, veía en el sol un genuino "Y QUE" junto al que probablemente hubiera sido un poco menos infeliz: Siempre estuvo enamorada; enamorada de la idea de nunca dejar ir a la pequeña chiquilla de hermosa voz que no se cansaba de escuchar en las clases de música. De la jovencita que estornudaba siempre que miraba el sol directamente... De esa hermosa mujer con un hoyuelo en su sonrisa.
Tal vez era cierto que la amaba porque necesitaba verse a sí misma a través de sus ojos. Amaba más que nada a la Moonbyul que sonreía todo el tiempo a su lado, a la que era más valiente y arriesgada; amaba aún más a la Moonbyul apasionada por el amor de este asustadizo gatito que nunca aprendió a dejar de evadirla... pero seguía regresando cada noche, y tenía la certeza de que siempre estaría ahí cuando una noche solitaria se hiciera demasiado fría. Su corazón tenía una gran memoria.
Ya no necesitaría nunca mas sentir lastima por si misma.
No quedaba dolor ni remordimiento.
No había más lagrimas o resentimiento.
Podía abrazar los pedazos de su corazón roto y encontrar la belleza en aquella destrucción, y construir con ellos todo eso que la hacia feliz y llenaba de euforia; la belleza en la imperfección y los fracasos.Y para cuando fue más tarde y estuvo a las puertas de su solitario y gran departamento no quedaba una gota de pensamiento más que exprimir.
Abriendo la puerta se quito los zapatos, no se molesto en ordenarlos antes de avanzar por el pasillo sacándose por sobre la cabeza la camisa, después el cinturón y pantalón... Dejo caer su peso muerto en las sábanas, ya un poco abandonadas, de su cama. Respiro profundo sintiendo el efecto inmediato del cansancio físico, mental y emocional... y durmio.Ese gran cielo despejado...
La sensación de estar acostada sobre un suave manto de césped verde; parpadeo un par de veces mirando la total extensión a su al rededor de firmamento... Y luego su mano derecha sujetaba algo; se vio a si misma sujetando a una jovencita de unos 15 años que la miraba sonriendo... claro que la reconoció.-Eres tu
La pequeña sonrió, marcando los músculos de su nariz hacia ella; con orgullo mostró como en su mano derecha sujetaba a alguien mas; una joven más pequeña que jugaba distraidamente con algunas hojas de césped. Moon río consigo misma y ambas jóvenes la miraron.
-Arriba
Giró hacia su izquierda rápidamente siguiendo esa dulce voz. Wheein la miraba de rodillas, sonriendo.
-¿Wheein?
-No... mirame
-No puedo escucharte bien...Sus labios se movieron aunque cada vez se escuchaba y veía más lejos.
-Espera... quédate
El gran cielo azul oscureció y la silueta de Wheein se desdibujo en el rostro de Hyejin. Moon se levanto del colchón frotándose los ojos.
-¿Despertaste?
-Hyejin... ahh... ¿Que?
-Vaya, por fin jajaja me estabas preocupando
-Disculpa... -Se sentó al borde de la cama aun sobandose los ojos -Mierda ¿Llegaste hace mucho?
-Unos minutos, pensé que no estabas hasta que vine a buscar algo de ropa
-Lo siento, quise caminar un poco y supongo estaba cansada
-Esta bien, no es nada
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1 minuto a la vez ♡
RomanceEl tiempo es el mejor amigo de las heridas del amor y de los males de rechazos adolescentes. E incluso a veces, el tiempo puede ser el mejor aliado para recuperar aquello que dejamos atrás.