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Tengo hambre....

Eso pensó aquel extraño chico jabalí, él no era bueno esperando, más bien, era de los que obtenían lo que querían cuando lo querían y si no era el caso, se enojaría mucho.

Decidido, fue a la cocina para robarle algo de comida a una joven que la preparaba con mucho esfuerzo, para Inosuke casi todas las chicas eran iguales, a excepción de su madre y Shinobu, pero a diferencia de otros chicos no le interesaba conocer más allá de las personas que no fueran demasiado "importantes" para él, por lo que olvidaba fácilmente a ciertas personas, pero aún así, se acordaba perfectamente de la chica regañona y amargada de ojos azules y broches de mariposa, con la que preferiría no tener una discusión.
Por esta razón entró a la cocina muy en silencio y atento a no hacer ruido, sin embargo, cuando ya tenía una bola de arroz en la boca, la joven se giró rápidamente con el seño fruncido.

—Ya sé que estás aquí — dijo casi en un grito.
¿Cómo lo supo?

Inosuke siempre tuvo el sentido del tacto muy desarrollado por lo que si alguien caminara en silencio a sus espaldas el lo notaría y eso lo hacía sentir fuerte, pero acababa de presenciar como Aoi logro hacer  lo mismo por lo que no pudo evitar preguntarse:

¿Acaso ella es fuerte?

Entonces Aoi lo regaño un poco pero antes de poder formular las respuestas, ella puso una bandeja con comida frente a él.

-Te daré está porción especial de comida si prometes que no te robaras la de los demás.

Inosuke simplemente dejó de pensar y solo asintió, entonces Aoi se dio la vuelta y continuó haciendo lo suyo, cuando Inosuke tomo una de las bolas de arroz no pudo evitar sonreír y  dejar salir un pequeño rubor de sus mejillas.
Una extraña sensación comenzó a llenar su cuerpo.

Pero qué le pasaba?

¿Ésto es el amor?// InoaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora