Kim Taehyung, un omega viudo desde algunos años atrás, con un hijo alfa adolescente que cuida extremadamente de él, ahuyentando a cada posible candidato que se interese por su madre, cosa que al castaño no le podría importar menos, no estaba interes...
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Sin perder más el tiempo, Jungkook emprendió camino a su nueva oficina, le había sido fácil encontrar una desocupada, mentiría si negara que estaba nervioso, tenía tantas cosas pendientes en ese lugar.
Dejó instrucciones a las personas que le ayudarían a instalarse en su lugar de trabajo, le pareció una buena idea salir por un café, no podía arrancar su día sin su tasa de cafeína.
En un rato se encontraría con un cliente nuevo, le había llamado esa mañana para pedirle ayuda a encontrar un departamento. Se verían exactamente en diez minutos, debería darse prisa.
Saludó amablemente a la cajera, dándole las indicaciones de cómo querría su bebida, esperó junto al mostrador, observado por la ventana, era un día soleado, podía ver a varios niños saliendo de sus respectivas escuelas, gente en bicicleta y una que otra pareja caminar por ahí.
—Disculpa, ¿tú eres Jungkook?—. Una voz lo sacó de sus vagos pensamientos, volteó para ver al dueño de esa voz.
—Eso dice mi acta de nacimiento, ¿Quién eres tú?—. Le dió una sonrisa.
—Soy Kim Yoongi, un gusto, nos veríamos en unos minutos, paré por un café y tu rostro me era familiar—. Estrechó su mano, dejando ver su linda sonrisa.
"Ese nombre, me es muy familiar". Pensó el rubio.
—Oh, Kim Yoongi, sí, disculpa por no reconocerte—. Aceptó su mano, formando el típico apretón de manos.
—No te preocupes, nunca te dije cómo era físicamente, me alegra haberte encontrado, ¿Podemos empezar a buscar un departamento?—. Habló mientras le daba un trago a su café.
Antes de poder contestarle, escuchó su nombre, recogió su pedido para después regresar con el chico de cabello menta.
—¿En qué estábamos?, Ah, sí, y cuéntame, Yoongi, ¿Qué clase de casa, departamento, te gustaría?—. Ambos hombres salieron de aquella cafetería para dirigirse a su oficina.
—Quiero un lugar mediano, que no sea tan chico, pero tampoco tan grande, solo seré yo, lo que sí quiero, es que esté cerca de la casa de mi hermano menor—. Entraron al edificio rumbo al ascensor.
—Excelente, empecemos por ahí—.
Así se les fue la mañana, Yoongi hablando de los detalles que le gustarían en su próxima casa y Jungkook anotando cada uno de ellos. Tenía trabajo, empezaría a buscar ya.
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