Kim Taehyung, un omega viudo desde algunos años atrás, con un hijo alfa adolescente que cuida extremadamente de él, ahuyentando a cada posible candidato que se interese por su madre, cosa que al castaño no le podría importar menos, no estaba interes...
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—Te había comentado que Seojoon me estaba cortejando o algo así, entonces, estaba pensado y llegué a la conclusión de que, ambos pueden hacerlo...Sé que suena absurdo, y entenderé si no estás dispuesto—.
Mordió su labio inferior con nerviosismo, la sonrisa del Alfa se desvaneció en segundos.
—No debes responder ya, pueden pensarl...—.
—Acepto—. Interrumpió al Omega con brusquedad.
Si bien, no lo había meditado ni un segundo, eso podría salir mal, pero no le importaba, se había prometido que haría todo lo posible para estar cerca de su Omega, y si tenía que competir por su amor contra otro sujeto, lo haría.
Tal vez estaba siendo un estúpido, seguramente sus amigos se lo dirían, pero no le importaba, haría hasta lo imposible para quedarse con el corazón de Taehyung.
No había nadie, ni nada en el mundo que le hiciera cambiar de opinión, se sentía positivo ante lo sucedido, si Taehyung no lo quisiese ni un poco, no estaría diciéndole todo eso.
El Omega aún lo quería, aprovecharía eso al máximo, en ese instante, se prometió en silencio que conseguiría volver a enamorar a ese lindo castaño de ojos hipnotizantes.
—Jungkook, ¿Estás seguro?, Alguien podría salir herido, lo que menos quiero es lastimar a nadie, por eso te pregunto si quieres hacerlo, no estás obligado, me siento un poco mal por proponerte esto, aún tengo que hablar con Seojoon, no sé si este dispuesto—. Suspiró con frustración.
Realmente se sentía patético ante la situación, estaba dividido, por una parte estaba Jungkook, su amor de la adolescencia, la persona que le hizo conocer el amor, y por el cuál se enamoró perdidamente en el pasado.
Pero por la contraparte, se encontraba Seojoon, su jefe, un hombre amable, caballeroso, protector e inteligente, podría ser el sueño de cualquier persona. No han salido tanto tiempo pero estar con él le hace sentir seguro.
Quería darle la oportunidad a ambos, realmente lo meditó, no estaba tomando esa decisión a la ligera, así que ahora se encontraba ahí, hablando con Jungkook, quería dejar muy en claro las consecuencias que eso podría traer, al igual que darle la libertad de decidir si estaba dispuesto hacerlo.
—Debo admitir que esto me tomó por sorpresa, pensé que solamente me dirías que me alejara de ti y esas cosas, pero Taehyung, me acabas de dar un rayo de esperanza, claro que quiero intentarlo, trabajaré muy duro para conseguirlo y si no, no me interesa, me conformo con ser tu amigo, lo que quiero que entiendas es que, quiero tenerte en mi vida, hablo en serio cuando te digo que no te volveré a dejar—.
Sin darse cuenta, sujetó la mano del menor por encima de la mesa, ya que este no dejaba de mover su dedo índice, posiblemente por los nervios.
Le miró a los ojos para transmitirle la paz que sentía al estar junto a él, sin saberlo, ambos lobos sintieron esa conexión única y especial.
