𝗴𝗮𝘆 𝗳𝗼𝗿 𝘆𝗼𝘂 › chanho ᜵ bangho

── when i see you again

El equipo seguía siendo igual de bueno que siempre, eran sus últimos partidos juntos y jugaban con todo el sentimiento, continuaban ganando, continuaban siendo los mejores.

Incluso a pesar de que a veces las cosas no salían perfectas, Felix entraba en pánico cuando Jeongin le mandaba un beso volador (casi siempre cuando tenía que entrar a la cancha o hacia una anotación importante).

Por ejemplo, en uno de sus últimos partidos, Jeongin había anotado desde la mitad de la cancha, ganándose un aplauso lleno de emoción y tres puntos a favor.

Casi de inmediato el peliazul lo miró para llevar una mano a sus labios y luego lanzarle un beso.

— ¡Y Yang le dedica ese tiro a su compañero favorito! ¡Mira esa cara! ¡Está tan rojo que contrasta con su cabello! — gritó el comentarista, que no tenía vergüenza de hacerse el gracioso.

Literalmente tuvieron que hacer un cambio y sacar a Felix, entrando Changbin, porque el pelinaranja terminó escondiendo su rostro en su remera del uniforme y no quería salir.

Luego de aquel beso no habían tenido otro más, Felix se notaba por primera vez en su vida, nervioso.

Minho decía que era cuestión de tiempo para que se le pasara.

— Tú estabas igual al principio— dijo, encogiéndose de hombros—. Al menos Felix es un poco más abierto que tú.

— Acá lo único que se abre son tus piernas, Minho.

El castaño le dio un golpe en el estómago, para luego reír de forma malvada.

Luego de uno de los partidos, dónde de nuevo habían salido victoriosos, Christopher esperaba a que Minho terminara de ducharse para llevarlo a su casa cuando su entrenador se acercó a él, acompañado de un hombre vestido demasiado elegante para ir a ver un partido de básquetbol.

Supo que era un tipo importante.

— Christopher, este caballero quiere hablar contigo en privado.

Supo que el entrenador quería decirle "Compórtate o te hago correr una hora".

Sin más fue obediente y acompaño a ambos a la oficina junto al gimnasio.

Al salir de las duchas, Minho buscó con la mirada a su novio, pero no lo encontró.

— ¡Minho! — Jeongin intentó asustarlo.

— Jeongin— Minho ni siquiera se había inmutado.

— ¿Tu novio te ha abandonado?

— Eso parece.... ¿Qué haré con mi gato ahora? No puedo ser un padre soltero— hizo un puchero.

— Qué maldito irresponsable, estoy seguro que serás un buen papá luchón, Minho.

Minho rodó los ojos.

— Innie, ¿Qué tal tú y Felix?

— Oh, nada, somos amigos— dijo el menor con desinterés.

Minho alzó una ceja.

— ¿Con derecho?

— Amigos.

— ¿Con ventajas?

— Amigos.

— ¿Bros?

— Es mi bro, si.

— ¿Tu homo, bro?

— No homo, bro.

— Jeongin, no estoy entendiendo nada.

— ¿Qué hay que entender?

— Lo besaste — Minho abrió sus brazos, sin entender.

— Bueno, sí— Jeongin se encogió de hombros—. Pero no, no somos nada, él no me gusta de esa manera, es un amigo para mí.