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Samuel había buscado por la mitad del bosque, ya estaba amaneciendo  y lo sabía ya que podía escuchar a las aves y claramente  podía ver sus manos con claridad.

Su preocupación era enorme , Rubén era como su cría y a pesar de que nunca tocó el tema de su familia entendía lo que estaba pasando .

¿Rubén?,¡¿Rubén?! — gritaba  buscando aquella cabellera tan conocida para el.

Sus pies dolían y estaba algo cansado,  había estado luchando  durante la noche , una que otra herida,  nada que un par de días se pudiera curar.
Observó  el cielo,  ya completamente iluminado.

Hasta que algo voló  sobre el , ¡era enorme!.
Sin embargo Samuel no se movió ya que conocía bien de quien se trataba.

— escuche que perdiste a tu niño

Unas firmes alas se estremecieron frente a él al detener su vuelo.
¡era David!

— David gracias a dios , necesito  ayuda

— no te preocupes tío,  podremos encontrar al niño

Samuel  se dejó caer un segundo ,  necesitaba tomar un pequeño descanso,  estaba pálido y con suerte lograba respirar con normalidad

Sin embargo  sonrió al ver como a la distancia sus colegas aparecían,  liderando  se encontraba Manuel , quien con ayuda de su mitad zorro   olía  todo a su paso intentando  encontrar el rastro de  Rubén.

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Unos sollozos  claramente se lograban oír,  el lugar estaba  desierto,  ni una sola alma había estado ahí durante mucho tiempo o eso parecía, lo que hace mucho fue un hermoso lugar , lleno de recuerdos ahora solo era otra simple cueva  más , llena de musgo y arañas por doquier.

Esto a ruben le asustó sin embargo se adentró en lo que fue su hogar , observó  todo lo que se había quedado , congelado en el tiempo , sus garitas pintadas en la "pared"  , viejas pieles de animales  que hacían una "cama" , su "gran" colección de piñones  amontonados  las "pinturas" de su familia.

Rubén observaba  cada detalle  con  tristeza, extrañaba a su familia , a su hermana y sus padres, hubiera  dado su vida para ver a su madre una vez más.

Se acomodó  sobre las viejas pieles de animales y  aún sollozando   intentó calmarse  lo más posible
Sin embargo   el frío,  el hambre y las lágrimas se lo impedían del todo.

— mi pobre niño— dijo una voz  que se escuchaba suave  —¿que tanto haz tenido que sufrir   durante este tiempo?

Una delgada mano le acarició  la cabeza , mientras que un suave aroma le inundó la nariz, esto a Rubén le tranquilizó  y  fue abriendo los ojos  hasta que vio a la persona frente a él.

Una Larga cabellera , piel blanca como la nieve y suave como la porcelana.
Grandes ojos color esmeralda   y  suaves labios, color salmón.

Rubén  se levantó de golpe y abrazó a la mujer frente a él.
Al principio  se quedó callado sin embargo rápidamente  comenzó a restregar su cara en el estómago de la mujer  para luego dar paso a su llanto.

¡Rubén, Abre Los Ojos !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora