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Bueno había tardado más de lo que pensó, salió de su hogar durante la noche y ya era la mañana siguiente, apenas había comenzado el día y se podía ver a la gente caminar a lo lejos.

Rubén volvió a su forma híbrida y comenzó a vestir las prendas "elegantes" que Raúl le había conseguido.

Y una vez estuvo listo Salió  del bosque algo acojonado, hace mucho no se acercaba al pueblo mucho menos había estado ahí solo.

Las mujeres le observaban sonriendo y moviendo los preciosos abanicos en forma de coqueteo hacia su persona.

Esto le hizo sonrojar y las damas rieron a lo bajo para intentar no ser escuchadas y hubiera Sido así si no fuera por el oído súper desarrollado del híbrido.

Observó los puestos viendo cada uno de los productos que tenían , su tripa rugía pidiendo algo de comer pero no portaba con el dinero para poder comprar algo.

Sin embargo era alguien precavido y había empacado algunas cosas para comer , así que se adentro por uno de los callejones que se formaban con la separación de las casas del pueblo.

En un callejón alejado se sentó sobre unas cajas de madera, abrió su bolsa, sacó una brillante y roja manzana ¡Era enorme!.

Apenas le dió el primer mordisco sintió el jugo resbalar por la comisura de su boca, esperaba encontrar a Borja o a Manuel antes de  que se le acabarán las manzanas.

Tristemente le quedaba una sola y esto le deprimió.

Continuaría comiendo si no hubiera Sido por el estruendoso grito de una mujer, su cerebro le gritó para que se fuera, que escapara de esa situación sin embargo se acercó al lugar observando.

Una joven, de largos cabellos rubios estaba en el suelo, su vestido estaba rasgado en diversas partes, Rubén cubrió sus ojos avergonzado, estaba seguro que podía ver la ropa interior de la jóven.

Dos hombres se acercaron a la muchacha y rápidamente jalaron de sus muñecas.

La chica apenas podía sollozar

Esto hizo enojar al híbrido de sobre manera.

dinos , ¡¿dónde está tu padre?!— habló el hombre de gran panza observando a la muchacha.

ya se los dije, el se ha ido hace mucho y no tenemos como pagarles su deuda— explicó la dama intentando liberar sus manos.

no me he tragado la excusa de que falleció, así que hemos pensado que tu cuerpo nos pertenece de ahora en adelante jovencita — está vez hablo un hombre bajito, con un extraño sombrero.

La muchacha comenzó a forcejear con desesperación, el hombre de baja estatura estaba intentando agarrarle un pecho .

Y esto fue lo que  hizo enojar al híbrido, por un minuto la joven le hizo tener un vago recuerdo de su hermana mayor, la cuál había olvidado por completo de su existencia.
Debido a que falleció cuando el apenas era un cachorro

¡Rubén, Abre Los Ojos !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora